El «E ti, de quen vés sendo?» es mucho más que una pregunta. Es mucho más que un interrogatorio condensado en una sola frase. No es solo una forma de saludar o de presentarse. No es únicamente un filtro social y una alarma antirrobo. Es una manera de entender la vida y el mundo que solo captamos en toda su amplitud (y profundidad) los que tenemos aldea.
Nunca he entendido por qué hay alcaldes que no viven en el concello que gobiernan ni candidatos que aspiran a que los elijan unos vecinos que no son los suyos. Claro que quienes se dedican a la gestión municipal tienen todo el derecho a conciliar su vida laboral —el que la tenga— y familiar. Pero lo más lógico parece que vivan allí donde les votan. Cuando no es así, siempre les queda el «E ti, de quen vés sendo?». Porque siempre son de alguien, por mucho que no duerman en su concello más allá del fin de semana.
Como Ourense nunca deja de sorprender —y la política tampoco— ahora hay una nueva hornada de representantes públicos (o aspirantes) que no serían capaces de responder a esa pregunta antropológica. Es el caso de Rafael Rodríguez Villarino, que fue alcalde de Amoeiro, concejal de la oposición en Ourense y ahora aspira a una silla en el salón de plenos de San Cibrao. ¿O en el de la Diputación? Otro ejemplo es el de Montse Lama, que fue del PP, luego dejó de serlo, posteriormente se enganchó a Ciudadanos, luego lo dejó y ahora ha vuelto a las filas populares. En su caso no es que no viva en Xinzo, donde es concejala y donde le dieron el pase a la institución provincial. Es que ahora se presenta por Vilar de Barrio.
Sería curioso escuchar qué dicen a los vecinos, de San Cibrao o de Vilar de Barrio, que se pregunten quiénes son y qué hacen.