El triple crimen de Burgos del 2004: un testigo protegido, los pelos del sospechoso y un coche abandonado en la comisaría de Ourense
OURENSE

Niegan credibilidad al testimonio de un preso que compartió celda con el principal sospechoso de un suceso en el que murió la verinense Julia dos Ramos, su marido Salvador y su hijo pequeño, Álvaro
18 may 2023 . Actualizado a las 20:16 h.El preso que compartió celda con el que es actualmente el principal sospechoso del crimen de la familia Barrio declaró ayer en el juzgado de Burgos que investiga este sangriento triple homicidio ocurrido en el año 2004 en un piso de la capital burgalesa. A la madre de familia, la verinense Julia dos Ramos, el asesino le asestó 17 puñaladas que acabaron con su vida. Todavía se ensañó más con su marido, Salvador Barrio, al que infligió 50 cuchilladas y con el hijo menor de la familia, Álvaro, asesinado con 32 puñaladas. Solo se salvó, porque no estaba en la casa familiar sino en el internado en el que estudiaba, el hijo mayor, Rodrigo, que entonces tenía 16 años.
El principal sospechoso del crimen es Ángel Ruiz, Angelito, que cumple condena por otro crimen: el atropello intencionado y mortal de una anciana en la localidad burgalesa de La Parte de Bureba, de donde era originario el padre de familia, Salvador, que ejercía de alcalde del pueblo. Allí, los Barrio tenían numerosas fincas. Ángel Ruiz, según se sospecha, los odiaba. En el panteón familiar, aparecieron días después del entierro pintadas con insultos hacia los Barrio atribuidas a Angelito. La policía ha acumulado hasta 11 indicios contra este sospechoso. La declaración judicial de su compañero de celda, que se produjo con la condición de testigo protegido, podría haber aportado alguna pista más sobre las conversaciones que mantuvieron en prisión. Pero la familia ourensana personada como acusación particular le resta credibilidad.
Ese testimonio estaba recogido en el atestado policial, cuyo contenido publicó el periódico El Debate. El testigo recuerda que Ángel Ruiz le mencionó un vehículo marca Audi A6 de color blanco, que se encuentra todavía depositado en la explanada de la comisaría de la Policía Nacional en Ourense. En esa charla entre ambos presos, Angelito le comentaba su preocupación a su compañero de celda, acerca de lo que se podrían encontrar en ese vehículo: «Si el coche está destrozado, ¿por qué no van a estar destrozadas las pruebas de ADN?». El coche, a la intemperie, se encuentra muy deteriorado y, de hecho, la policía pidió que se le permita destruirlo.

En la conversación, el sospechoso se mostraba nervioso y su compañero intentaba tranquilizarle, diciéndole que la policía había detenido al hijo mayor, Rodrigo Barrio, que tras el asesinato de su familia había sido acogido por su familia verinense. Estuvo detenido durante 72 horas en el año 2007 como sospechoso. Sus familiares ourensanos veían rara su forma de actuar. Sin embargo, no había indicios consistentes contra él y fue puesto en libertad. El coche que él usaba para sus desplazamientos en Ourense quedó bajo custodia policial desde entonces.
En la prisión, Ángel Ruiz supuestamente le dijo a su compañero «el niño no fue» y que repetía la frase «ya me tienen cogido por los pelos», temiendo que lo fueran a implicar por algún resto fisiológico, como ya le ocurrió en el caso de la anciana a la que atropelló. El abogado de la familia ourensana de la asesinada no concede «gran credibilidad» a la declaración de este testigo.
Adolfo Taboada, el representante de los familiares verinenses, explicó que no ha asistido a la declaración judicial, por lo que no sabe exactamente qué ha dicho en la sede judicial, y qué frases del expreso eran las que ya contenía el atestado policial. Cuestionan el interés que pueda tener esta persona en hacer esas manifestaciones como testigo protegido. «Es un testigo al que le convenía decir eso», señaló el abogado. Y apunta que el sospechoso Ángel negó el contenido de esta conversación. Recordó que a la familia personada como acusación particular no se le explicó nada de lo instruido contra el hijo superviviente, solo que quedó libre porque las sospechas policiales fueron solo «hipótesis de trabajo» y no llegaron a ser indicios.
En el 2024 se cumplirán 20 años de este atroz crimen y podría prescribir si las diligencias que se siguen haciendo no ayudan a avanzar hacia un juicio. Por parte de la familia ourensana personada no se ha solicitado que se practique nada nuevo, sino que apoyan lo que acuerde el juzgado.