El futbolista lucense quiere sacarse la espina de su descenso con el Barco y volver a buscar plaza de ascenso
03 jul 2023 . Actualizado a las 13:34 h.«En cuanto me lo propusieron, estaba loco por firmar y estoy muy contento de estar en un club como la UD Ourense», es la declaración definitiva de un Álex Rey (Lugo, 1998) que viene de vivir una de sus experiencias más amargas con el descenso del Barco.
El medio punta, pero a la vez versátil futbolista, es un buen conocedor de las vueltas que puede dar el deporte rey y está dispuesto a cambiar su curva de inmediato. Sus habilidades llamaron la atención del Dépor y del Celta, que lo cedió en su primer año sénior al Somozas. Volvió a casa para enrolarse en la estructura del Lugo y llegó a debutar en la Segunda División: «Tuve la suerte de llegar al fútbol profesional, pero este deporte es así y no sabes dónde está tu mejor oportunidad. En Ourense espero seguir creciendo y volver a categorías en las que ya he jugado, esta vez por medio de un ascenso».
El estreno de Álex en la categoría de plata data de la primavera 2019, cuando jugó los últimos minutos del triunfo de su equipo en Córdoba (0-4), a las órdenes de Alberto Monteagudo, que también le dio la titularidad poco después en el empate en Tarragona (1-1). Al año siguiente, ya con Juanfran en el banquillo, pudo debutar en el Anxo Carro en el empate contra el Girona (2-2).
En Unionistas de Salamanca jugó 23 partidos en el nivel Segunda B durante el curso 20/21 y otros veinte en la temporada siguiente con el Tarazona. Fue después de eso cuando regresó a Galicia para afrontar un interesante proyecto que no salió como estaba previsto en Valdeorras: «Las cosas comenzaron a torcerse desde el principio y con tanto cambio de entrenador, jugué de todo, por dentro, en la derecha y en la izquierda, algo que en realidad tampoco me disgusta, porque estoy dispuesto a hacer lo que me pida el entrenador».
Jorge De Dios lo llamó directamente y le planteó lo que buscaban en el la UD Ourense, aunque aún faltan detalles por concretar en cuanto a su participación en el plantel vermello: «Aún hablaremos más de fútbol, pero lo que me dijo es que me conocía bien y que me consideraba adecuado para lo que quiere plantear. A mí también me gusta mucho su filosofía de juego y sé que voy a estar a gusto en su equipo».
Rey Lugilde se autodefine como un «jugador al que le gusta estar en contacto con el balón y atacar», su habilidad en zonas de definición es notable y, aunque no es un rematador nato, sí tiene buena llegada. Destaca que en su nuevo equipo ya conocía a futbolistas como Varo o Alberto Nóvoa, además de un Manu Núñez con el que al final no coincidirá.
La llegada de Álex Cobo y el regreso de Luismi Rincón, refuerzos sensibles
Entre las primeras altas de la UD Ourense también brillan dos jugadores procedentes de la cateogría superior, lo que supone un salto de nivel sensible.
Es el caso del portero barcelonés Álex Cobo, que si bien dispuso de pocos minutos en el Bergantiños a la sombra de Álex Canedo, sí acumula experiencias importantes en el Arousa, el Fabril o el Lleida, desde donde llegó a la cantera deportivista, para alternar temporadas sólidas en Tercera y Segunda B.
Otra de las incorporaciones significativas es la Luis Miguel Rincón, Luismi, que en las filas del desaparecido CD Ourense debutó en la Segunda B con solo 20 años. A los 31, regresa tras dos campañas en esa categoría con el Arousa y el Coruxo, además de una sólida trayectoria en Tercera (Alondras, Cacereño, Avilés, Areas y Pontevedra).
También han renovado Varo, Corzo, Champi o el joven José, con lo que el equipo de Jorge De Dios va tomando forma.