Julio Ancochea, neumólogo: «Las nuevas formas de dejar de fumar, el vapeo y el IQOS son una mentira»

Maite Rodríguez Vázquez
maite rodríguez OURENSE/ LA VOZ

OURENSE

Julio Ancochea, antes de empezar el acto en el que fue distinguido como hijo predilecto de Trives.
Julio Ancochea, antes de empezar el acto en el que fue distinguido como hijo predilecto de Trives. TERESA CELA

El doctor advierte de que el tabaquismo aún es un problema preocupante

16 ago 2023 . Actualizado a las 13:26 h.

El médico neumólogo Julio Ancochea disfrutó de un día especial en su querido Trives, una jornada de homenaje, recuerdos y emociones en la que fue distinguido como hijo predilecto de un municipio en el que su familia arraigó hace generaciones. Jefe del Servicio de Neumología del Hospital Universitario La Princesa, de Madrid, y profesor universitario, considera que faltan apoyos para los médicos que ejercen en núcleos rurales y advierte que la lucha contra el tabaquismo desde la perspectiva de la salud pública no ha terminado pues aparecen nuevas formas engañosas para enganchar a este pernicioso hábito.

—Su abuelo fue médico rural en una época en la que tenían que atender a sus pacientes en precarias condiciones. ¿Qué dificultades ve para el trabajo como médico hoy en día?

—Soy un defensor a ultranza de la sanidad pública. Creo que en España tenemos uno de los sistemas sanitarios más consolidados del mundo. Es un tesoro que tenemos que cuidar y mimar y que tiene que tener la financiación adecuada. Trives es una gran villa y tiene problemas con la dotación de plantilla de sus médicos generales. Ya no hablo del pediatra que deberían tener los niños triveses, ni del apoyo del geriatra que debe tener una población envejecida. Hay que mimar la sanidad, cuyo sostén básico es la medicina primaria y el médico rural, que es un ejemplo de vocación, de compromiso, entrega; es un vecino más que vive el día a día, la vida y las enfermedades de todos sus paisanos y sus compañeros. Hace unas semanas entregamos en Vigo el premio Asomega a la medicina rural. Hay médicos rurales extraordinarios que se dejan la piel y necesitan apoyo.

—En Galicia, hay puestos en zonas rurales que, quizás porque no son tan atractivos para los médicos jóvenes, están resultando difíciles de cubrir. ¿A qué cree que se debe?

—Yo trabajo desde hace 41 años en un hospital universitario de primer nivel. A veces centramos demasiado el foco ahí, en esos centros de investigación, de excelencia, que generan conocimiento y que participan en estudios multicéntricos internacionales. Sin embargo, la esencia de la medicina está en el rural, en esas aldeas que a veces no tienen que las atienda. Hay que saber conjugar la una con la otra. La alta tecnología es fenomenal y la investigación, por supuesto. Ya dije que un país que no investiga es un país sin futuro, pero empezando por el principio, que es el médico de a pie, el médico de cabecera. Todos tenemos derecho a la salud, que debe llegar al último rincón de nuestro país.

—Fue coordinador de la estrategia del sistema nacional de salud para la EPOC. ¿Considera que hemos aprendido, tras la experiencia del siglo pasado, cómo librarnos del tabaquismo?

—El tabaquismo nos preocupa fundamentalmente en la juventud. Muchos chicos, y cada vez más chicas, empiezan a fumar en edades tempranas de la vida. La industria farmacéutica es muy potente. Son una gran mentira las nuevas formas de dejar de fumar y lo que ellos etiquetan como de reducción de daño. Los nuevos métodos de administración de nicotina y esto del vapeo y el IQOS son también una gran mentira. El tabaquismo provoca muerte y dolor: 28.000 muertes en nuestro país cada caño son atribuidas al tabaquismo, que provoca cáncer de laringe, de pulmón o de vejiga. Provoca EPOC, esa gran desconocida. El 11% de los españoles mayores de 40 años padecen EPOC y, en términos de salud pública, el aspecto fundamental es el hábito tabáquico. Hay otros factores: la prematuridad, la contaminación e incluso formas de EPOC de base genética, pero en términos de salud pública, la auténtica plaga es el tabaquismo, que produce morbimortalidad importante, múltiples patologías y que consume muchísimos recursos de la sanidad pública cuando se producen esos procesos. A veces es un coste excesivo. Aquellos fumadores que no se dan cuenta que la mejor decisión que pueden tomar es dejar de fumar repercuten en la falta de medios en la sanidad pública para fomentar la medicina rural.

—Participó en el libro «Memorias de la covid-19. La pandemia en las Américas». Como neumólogo esta enfermedad debió ser un reto.

—La primera oleada fue tremenda y los neumólogos la vivimos en primera persona. La neumología hospitalaria fue la puerta de entrada y de salida de la uci. Hemos manejado muchos enfermos muy complejos, con ventilación mecánica, fundamentalmente no invasora, pero a veces sí había pacientes con ventilación invasiva, traqueotomizados. La primera oleada fue un drama. Luego aprendimos de nuestros errores, se desarrolló una buena política de vacunación y la pandemia fue languideciendo. En este momento seguimos teniendo pacientes hospitalizados con covid, ingresados por otra patología y que en algún momento la PCR se positiviza y hay que tomar medidas de aislamiento.

«Mi mayor satisfacción es sentirme querido»

No se cansa de decirlo y quien lo conoce se lo ha escuchado en numerosas ocasiones. Cada vez que regresa a A Pobra de Trives, Julio Ancochea es feliz y vuelve a ser un niño. «La mayor satisfacción para mí es sentirme querido», reconoce. Por eso la distinción del pueblo en el que tiene sus raíces y en el que se crio como hijo predilecto fue más especial que cualquiera de los títulos y galardones que ha recibido a lo largo de su carrera profesional. «Jamás los sentimientos estuvieron tan a flor de piel. Para mí, este premio es más que eso, un cariño recíproco que siento, desde que nací, por mi pueblo. Para mí Trives es lo más importante. He viajado por cuatro de los cinco continentes, he tenido ocasión de dar conferencias en muchos sitios, pero esto me llega al alma, al corazón», afirmaba tras el acto de homenaje del 5 de agosto.

Recordó que su padre, apreciado fiscal comarcal, hubiera cumplido 103 años ese día y a su madre. También la historia de su abuelo, médico rural. «Dejó la Universidad después de hacer el doctorado para volver a su pueblo, a Maceda, donde vivió la mal llamada gripe española de 1918. Él y su hermano, camino a camino, a caballo, se dejaron ahí la vida. Mi abuelo se enamoró de una trivesa, vino a Trives, dedicó su vida a la medicina sus paisanos, a sus amigos. Era un hombre puramente vocacional. No tenía un duro. De esos médicos que recibían el cariño de la gente que no tenía recursos. Hay que reivindicar la figura del médico rural y cuidarla. Las autoridades sanitarias deben ser conscientes de ello», proclama.

La asociación de médicos gallegos que preside, Asomega, dio este año su premio de medicina rural a sendos proyectos de formación de los centros de salud de Allariz y Laza.