La historia de amor que hizo posible un equipo de fútbol sala

María Doallo Freire
María Doallo OURENSE

OURENSE

Jenny e Iria, en la pista de Os Remedios en donde entrenan
Jenny e Iria, en la pista de Os Remedios en donde entrenan Santi M. Amil

Jenny Lores e Iria Saeta, jugadoras del Ourense CF, son compañeras y pareja

09 sep 2023 . Actualizado a las 17:08 h.

Jenny Lores (Nueva York, 1991) e Iria Saeta (Ourense, 1991) se conocieron jugando al fútbol. Al principio solo compartían su amor por el deporte rey, pero eso las fue uniendo hasta conseguir que se hicieran imprescindibles la una para la otra. Se enamoraron en el 2018 y no se lo confesaron hasta que un año después Jenny, que solo había estado con chicos hasta el momento, decidió fichar por el Burela para poner tierra de por medio y olvidarse de Iria. «No era capaz de decirle lo que estaba sintiendo porque pensaba que no iba a ser correspondida y tenía muchos miedos», dice Jenny. Por suerte el destino intercedió en su camino para darles un empujón y lo que podía haberlas alejado, las unió más que nunca. «Inicialmente fiché por el Burela porque quería estar lejos de Iria, separarme y olvidarla», explica. Lo que pasó es que tuvieron una conversación antes de que Jenny se fuese y entonces ambas se confesaron lo que sentían. Empezaron a salir en el 2019.«Me marché al Burela siendo ya pareja y la verdad es que tuvimos que enfrentarnos a esa distancia. La experiencia en el equipo fue buenísima, eso sí», afirma Jenny. 

Su historia de amor se cocinó a fuego lento. «Realmente nos conocimos en la Selección Gallega de Fútbol Sala siendo cadetes, hace muchísimos años, pero pasamos inadvertidas la una para la otra. No creamos afinidad y de hecho, todo lo contrario, Iria me pareció una persona muy distante», dice Jenny. No hubo conexión. Sin embargo, en el 2018, Iria fichó por el Poio, donde ya jugaba Jenny, y entonces sí empezaron a conocerse. «Vivimos juntas dos años siendo exclusivamente amigas. Ambas somos muy callejeras así que al principio ni nos cruzábamos, después empezamos a unirnos tanto que lo hacíamos todo juntas», recuerda Iria. Entre partido y partido, con cada viaje y cada escapada a comer por ahí, fue surgiendo entre ellas algo especial.

 Vida juntas fuera y dentro del campo

Lo cierto es que la historia de esta pareja de jugadoras de fútbol profesional ha ido siempre en paralelo. Las dos empezaron a jugar con 6 años, alguien vio talento en ellas y las animó a seguir. «El fútbol es lo que más me gusta desde que era niña, pero nunca me planteé dedicarme a ello», dice Jenny. Sus aptitudes deportivas conquistaron al cuerpo técnico del Poio, que fue el primero en ficharla. «Inicialmente rechacé la oferta porque estaba muy contenta en mi equipo, el Marcón FSF. Llevaba diez años en una liga de pueblo y era prácticamente mi familia, pero un año después acepté», recuerda Jenny. Saltó directamente de una liga autonómica a Primera División. Todo mientras estudiaba Magisterio y posteriormente Técnico Superior en Actividades Físicas y Deportivas. En el equipo pontevedrés se quedó cinco años. Luego se marchó una temporada a Burela para terminar fichando por el Ourense CF al mismo tiempo que Iria. «Me vine a este equipo porque era la forma que teníamos de estar juntas», confiesa la de Pontevedra. 

A Iria la convenció para jugar en serio, más allá de hacerlo en el patio del colegio y en las clases de Educación Física, un profesor de esa asignatura. «Estuve jugando un par de años a fútbol 11 con chicos y después me pasé al equipo femenino de fútbol sala del desaparecido Club Deportivo Ourense. Al principio no quería porque estaba acostumbrada a jugar con mis amigos, pero lo hice y aquí estoy», confiesa la futbolista ourensana. Del CD Ourense pasó al Cidade das Burgas y de ahí al Poio, donde estuvo tres años, los dos primeros coincidiendo ya con la que actualmente es su novia. Con ella está a punto de empezar su cuarta temporada en el Ourense CF. «Jugar juntas es muy complicado porque somos muy diferentes y nuestra forma de entender el fútbol choca mucho», dice Jenny. Ella es una jugadora tenaz pero tranquila, sosegada y pacífica, mientras que Iria tiene un juego directo, es muy competitiva y no le gusta perder. «Lo único por lo que podemos llegar a discutir es el fútbol. En todo lo demás coincidimos», añade.

Santi M. Amil

No solo juegan y viven juntas, también trabajan las dos para Sociedad Textil Lonia. Lo hacen gracias a una empresa de logística ourensana. «Nos encargamos de procesar los pedidos», explica Jenny. 

El machismo en el fútbol

Ni Jenny ni Iria han vivido nunca en primera persona un episodio machista, pero saben que esa realidad existe y es algo que quieren cambiar. «Antes, que nos llamasen marimacho o nos gritasen que las niñas no juegan al fútbol era parte del día a día, pasaba más inadvertido. Ahora tenemos el foco ahí, en que eso no ocurra», explica Iria. «De todas formas también es verdad que nosotras dos sabemos jugar y siempre se nos dio bien, así que los chicos nos querían en su equipo. Seguro que si no hubiese sido así, habríamos vivido una realidad muy distinta», añade. La polémica en este sentido está servida, más cuando siguen produciéndose incidentes como el beso que Luis Rubiales le dio a Jenni Hermoso durante la celebración del mundial. «Nosotras pensamos como la gente coherente. Lo que hizo Rubiales estuvo mal, hay que denunciarlo y habrá que tomar medidas al respecto. Creo que esto tiene que ser un punto de inflexión para que empiecen a cambiar las cosas de una vez», afirma Jenny.

Su relación amorosa nunca les ha supuesto un problema ni en la vida ni en el club. «En el fútbol femenino es muy común que surjan parejas. Al final nos pasamos todo el día juntas y entre chicas, así que los sentimientos a veces afloran. Es natural y lógico», explica Iria. «Existen muchos más problemas con la orientación sexual en el fútbol masculino. Piénsalo, ¿cuántos jugadores homosexuales conocemos? Y de los que sí lo han hecho público, ¿a cuántos les conocemos pareja?», añade Jenny.

Jenny escoge de Iria que es atrevida, caradura y valiente. «Tiene una parte sinvergüenza y lanzada que me encanta. Además es muy apañada y todo se le da bien», dice. Iria destaca de Jenny su energía y optimismo. «Cada vez que está cerca, todo mejora», resume. Las dos tienen claro que han encontrado en la otra al amor de su vida. Y quieren seguir jugando juntas ese partido.