El obispo, Leonardo Lemos, explicó que es responsabilidad de la Iglesia salir de los templos y estar presentes en todas las facetas de la vida para ayudar a los ciudadanos
30 sep 2023 . Actualizado a las 10:03 h.La Carta Europea de Seguridad Vial fue puesta en marcha en el año 2004 por la Comisión Europea como herramienta para básica para lograr dos objetivos: difundir las buenas prácticas al volante y concienciar a la sociedad en la idea de que todos los que comparten las carreteras y las calles tienen su parte de responsabilidad en lo que en ellas ocurre y, por tanto, hacerlas más seguras es labor de cada uno. El objetivo final es conseguir reducir al máximo los accidentes para evitar el coste en vidas, tanto las que se pierden, como las que quedan truncadas por las secuelas. Desde su creación este proyecto europeo ha sumado 3.500 socios (un tercio son españoles) entre entidades, colectivos sociales y empresas de toda Europa, se han hecho socios de esta plataforma y contribuido a avanzar hacia ese objetivo común de menos accidentes y más responsabilidad.
Este viernes se incorporó la Diócesis de Ourense que, por cierto, se convierte en la primera institución de este tipo en suma a esta plataforma de seguridad vial. El obispo, Leonardo Lemos, resumió en pocas palabras la motivación para entrar en este proyecto. «Como Iglesia somos conscientes de que debemos implicarnos en esas buenas prácticas para avanzar entre todo en esa seguridad vial. El papa Francisco nos está pidiendo que seamos una Iglesia en salida y con esto simbolizamos que queremos salir fuera de la estructura física de nuestros templos para saber descubrir y ayudar a nuestros conciudadanos, sensibilizando a nuestros fieles», dijo tras firmar la adhesión ante Marilia Murciano, representante de la Fundación Mapfre, que es enlace para España de esta carta europea. Lemos recordó que la decisión se toma a petición del delegado de la Pastoral de la Carretera y el Turismo, Fernando Castro. Este policía local de Verín explicó que su intención es intensificar la labor que ya vienen desarrollando desde hace cinco años: desde jornadas informativas y de concienciación a reuniones para implicar a los sacerdotes en la tarea de inculcar esa responsabilidad vial a sus feligreses o en el apoyo activo a las víctimas, entre otras actividades.