Manín, futbolista del Arenteiro: «El balón me vino atrás pero había que engancharlo como fuera»

OURENSE

Luis Gonzaga Delage, Manín
Luis Gonzaga Delage, Manín ALEJANDRO CAMBA

El ariete de los carballiñeses empató en el alargue ante el Tarazona con su segundo gol del curso

02 oct 2023 . Actualizado a las 21:09 h.

Hasta canción propia tienen los hinchas de Espiñedo para Luis Gonzaga Delage, Manín (Jerez de la Frontera, 2000), un prometedor ariete que entró con el pie derecho en O Carballiño para un año que resultó inolvidable. Aunque en el nuevo curso el andaluz ya no es sub 23, la dirección deportiva y el cuadro técnico siguen contando con sus servicios. Los problemas físicos en pretemporada lastraron al nueve, que en todo caso se ha dejado notar en el salto de categoría de los verdes. Ante el Tarazona, su espectacular remate de volea en la prolongación amarró un punto frente al que parece ser rival directo por la permanencia.

«Marquitos envió un buen centro. El balón me vino atrás pero era el minuto 93 y había que engancharlo como fuera, así que no dudé en rematar en semichilena con la izquierda y, por suerte, pudimos evitar la derrota», resume Manín al relatar el lance que devolvió la alegría a los seguidores de su equipo.

El atacante entró al campo en el minuto 74, mejorando un promedio que no llega al cuarto de hora en sus cinco apariciones como revulsivo: «Fue un partido muy complicado, ellos se metieron bien atrás y costó encontrar espacios, era cuestión de paciencia, pero se adelantaron de penalti y hubo que buscarlo hasta el final». Le tocó al punta reforzar la delantera y logró activarse de inmediato: «Tenemos una plantilla amplia y todos debemos darle alternativas al entrenador, enchufados desde que saltamos al césped y, en mi caso, aportando goles y oportunidades para marcar. Tienes que darlo todo desde el principio y también entrenar mejor cada día».

La liga es muy distinta para los carballiñeses, tras arrasar en la Segunda Federación, ganar una copa nacional y lucir también ante equipos como el Almería y el Atlético de Madrid. Aún así, Manín es optimista en cuanto al rendimiento del Arenteiro: «Mantuvimos buena parte del bloque y eso es una ventaja, porque nos conocemos bien, pero al final del mercado llegaron otros futbolistas que nos mejorarán, si bien necesitamos algún tiempo más para engrasar la maquinaria».

Amigos

El jugador que pasó por la cantera del Villarreal destacó que la parada en tierras ourensanas le sirvió para forjarse como futbolista y persona: «Pasar por una estructura así te facilita mucho las cosas para crecer en el mundo del fútbol, pero después también debes adaptarte a la realidad de este deporte. A Galicia llegué con mucha humildad y con ganas de afianzarme en el club, lo que estamos consiguiendo poco a poco. Y en el equipo, más que compañeros, tengo amigos». Uno de ellos, su colega de fatigas, Curro — el otro jerezano del plantel—, acaba de perderse el resto de la temporada por una grave lesión de rodilla: «Lo sentí como si me hubiera pasado a mí, vivo con él y hemos compartido mucho en nuestra trayectoria. Pero si algo bueno se puede extraer de una situación como esta es que le ha tocado a un chico muy maduro para su edad, que va a trabajar al máximo para recuperarse y regresará más fuerte».

Manín compartió con el talentoso centrocampista las andanzas por el balompié de formación en Cádiz, antes de marcharse al Villarreal, en cuyo juvenil ganó una Copa del Rey y llegó a una final de la Copa de Campeones que se le fue en los penaltis, ante el Barcelona. El meta Jorgensen o Fer Niño eran nombres que destacaban en aquel conjunto de la estructura amarilla, desde donde pasó a Huesca y Salamanca antes de recalar en O Carballiño: «Ahora soy uno más del pueblo y peleo por los objetivos del equipo como el que más».