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El local de Ourense donde tocaron Nathy Peluso y Teenage Fanclub cumple veinte años

María Doallo Freire
María Doallo OURENSE

OURENSE

Isaac y David, justo antes de un concierto en El Torgal
Isaac y David, justo antes de un concierto en El Torgal ALEJANDRO CAMBA

Los hermanos Isaac y David Pedrouzo repasan dos décadas de conciertos en el Torgal

05 oct 2023 . Actualizado a las 05:00 h.

Los hermanos David e Isaac Pedrouzo recuerdan perfectamente cuándo abrieron el Torgal porque justo tres días antes tocaron los Hombres G en Ourense. «Estábamos ultimando detalles en el local y de pronto nuestros amigos hicieron una estampida porque iban al concierto y nos quedamos allí tirados currando», dice Isaac. Levantaron la persiana de ese sótano que han convertido en casa el 23 de junio del 2003. «Lo que hicimos fue montar el bar que queríamos como clientes», resume David. Ninguno de los dos tenía experiencia en hostelería, solo la clara convicción de que Ourense necesitaba un espacio en el que combinar el buen ambiente con bebidas frías y, por supuesto, con música en directo. El Torgal cumple 20 años y sus dueños asumen que el local ha evolucionado como ellos, siguiendo una línea natural. «Nació siendo un cajón de sastre como nosotros y hoy ya hay hasta una esquina pensada para que los niños jueguen», afirma David, que tiene un hijo de cuatro años. «Ha evolucionado con nuestra generación, pero no ha perdido el pulso de lo emergente, está al día y creo que es ecléctico porque en él conviven estilos y edades muy diferentes», añade. El Torgal es un referente cultural en Ourense y una de las salas gallegas de conciertos más interesante, que cuenta con el apoyo de SON Estrella Galicia. «Hemos conseguido que en nuestro local quieran tocar los que están empezando pero también los que están consolidados y eso es un orgullo grandísimo», admite Isaac. A su escenario se han subido artistas como Nathy Peluso, Teenage Fanclub o Steve Shelley y Lee Ranaldo (batería y guitarrista de Sonic Youth). «El aforo es el que es y siempre hemos tenido que buscar el talento fuera de los grandes focos, pero aún así hemos conseguido traer a músicos increíbles», afirma David. Están orgullosos de todos los artistas que han pasado por el Torgal pero, sobre todo, de todos los clientes que lo han hecho posible. «Hemos creado una gran familia, con personas que vienen desde lejos solo para disfrutar de la oferta. Recuerdo incluso alojar a gente en mi casa», afirma Isaac.

El Torgal lleva siendo un bar desde 1961, con distintos nombres y estilos, eso sí, y repleto de anécdotas. «Se llamó La Mina porque tenía una fuente de agua natural dentro. Dicen que bajaba de Montealegre. Y luego La Parra porque contaba con una terraza interior, que años después se cubrió, en la que había una parra», cuenta David. «También nos dijeron que Quessada había pintado las paredes para pagar sus bebidas en una ocasión», añade Isaac. Incluso llegó a ser un bar con videoclub. Todo eso fue antes de que estos dos hermanos ourensanos se pusiesen al frente del pequeño local, ubicado en un sótano, en la calle Celso Emilio Ferreiro de la ciudad. Dos décadas después de aquel inicio describen su negocio como una parte fundamental de sus vidas. «El Torgal para mí es lo que soy ahora. Empecé aquí siendo un niño y ahora soy adulto. Aprendí cómo funciona todo, desde los problemas y los números rojos, hasta tener que tratar con algunos de los músicos que más admiro», afirma Isaac. «Es un lugar seguro, basado en las relaciones humanas que le dan vida. Por eso creo que gusta tanto, porque es posible venir solo, disfrutar un rato e irse. Nunca defrauda», añade David.

Una imagen de la esquina del Torgal, en Celso Emilio Ferreiro, de los años setenta
Una imagen de la esquina del Torgal, en Celso Emilio Ferreiro, de los años setenta

Si se les pide que sueñen a lo grande, lo tienen claro. «Si pudiera, pagaría todo el dinero del mundo para traer a Taylor Swift», admite David. «A mí me gustaría que viniese Bad Bunny a tocar su último disco entero», dice Isaac. Pero el Torgal no es solo una sala de conciertos, es también un lugar de encuentro en el que se producen numerosas citas Tinder —«y Grinder», apunta David—, quedadas de amigos para disfrutar con juegos de mesas o echando unas partidas de dardos, tomando unas copas o un café, o, incluso, viendo el fútbol. «Tenemos una pequeña pandilla que desde que abrimos ven aquí todos los partidos del Barça y además lo hacen a su manera: sin sonido y con buena música de fondo», afirma David.

En el bar hicieron amigos y también los perdieron. «Hemos aprendido a crecer a base de cometer errores», apunta Isaac, que conoció al amor de su vida en el Torgal, igual que David. «La primera vez que vi a mi mujer fue sirviéndole un café a las once de la mañana», recuerda. También han aprendido a despedirse, concretamente de su mejor amigo, el artista ourensano Jaime Mateo, que falleció en la Navidad del 2021. «La persona Torgal por excelencia era él. Este proyecto es tan suyo como nuestro. Venía todos los días y representaba todo la esencia de este bar: el amor por la música, los miles de amigos en todas partes, el ser un nexo de unión para todos», confiesa David. «Hablamos de él todos los días porque es nuestra manera de mantenerlo vivo», añade Isaac.

El inconformismo de los Pedrouzo, sumado a su amor por la música y por Ourense, ha hecho posible que el Torgal llegue a los veinte años. «Lo único que significa es que quisimos seguir adelante y que luchamos por estar aquí. No sabemos más que los demás ni nada por el estilo», dice David. «Y ojalá que podamos seguir con este proyecto de por vida», apunta Isaac.