Juan Pérez, expresidente ourensanista: «El CD Ourense no murió nunca porque su afición lo mantiene vivo»

Con 76 años cumplidos, Juan Pérez sigue siendo uno de esos incondicionales que animan desde la grada a la UD Ourense. Durante su mandato, logró que el histórico club ourensanista —el que se fundó a mediados del siglo pasado— se mantuviera con vida, pese al cinturón presupuestario que lo apretaba cada vez más. Años más tarde, sus sucesores bajaron la persiana con un concurso de acreedores y la definitiva liquidación de la sociedad anónima deportiva. Pese a todo, el expresidente reivindica lo que la  entidad vermella representa para toda la provincia: «El Club Deportivo Ourense no murió nunca porque su afición lo mantiene vivo. En la Unión Deportiva nos mantenemos aquella gente que llevábamos muchos años aplaudiendo en O Couto, pero también muchos jóvenes, eso quiere decir que el club, además de pasado, tiene futuro».

En una actualidad, con una evidente complicación como es la de abandonar el estadio —cerrado por obras—, para disputar los partidos oficiales en Oira, Juan se detiene en detalles que enorgullecen a un hombre de fútbol como él: «La competencia es bonita y en cualquier ciudad es mejor que haya dos o tres equipos, pero el Ourense fue y será el Ourense. Acabo de ver un partido frente al colista de Tercera y, si al descanso se alentaba al equipo aunque perdía, al final fue una auténtica fiesta porque ganamos, aquello parecía un ascenso».

Y lo dice una persona que ansía regresar a su rincón favorito, en O Couto, porque: «No hace falta que nos hagan un Bernabeu, pero ya eran horas de darle un lavado de cara importante a la instalación. Creo que además la empresa encargada de instalar el césped tiene mucha experiencia en algunos de los mejores campos de Portugal y eso puede ser muy importante. Al fin y al cabo, este es el estadio en el que hemos disfrutado distintas generaciones de ourensanos».

Con una carrera importante —y larga— en Renfe y ADIF, sus destinos marcaron la trayectoria deportiva (orientada al plano organizativo) de un hombre que se dejó seducir pronto por el balón: «Trabajaba en León y ya venía hasta Pasarón para ver al Pontevedra del ‘hay que roelo', incluso celebré su ascenso a Primera del año 1963». De esa época recuerda una anécdota singular, puesto que incluso llegó a firmar autógrafos: «Me confundía mucha gente con Zunzunegui, jugador del Real Madrid. Entonces el equipo blanco viajaba en tren y se acercaban a mí muchos aficionados».

Pérez Gómez llegó a Ourense en enero de 1966, aunque después también tuvo otros destinos en Curtis o Pontevedra, pero recuerda que a orillas del Miño se fue introduciendo en el ambiente balompédico local: «Llegué a la delegación federativa de la mano de Paco Paz y, poco a poco, me fui acercando al entorno del Ourense, participando en las directivas de Ramiro Lamas o Manolo Rois. A mí siempre me gustó el fútbol base y facilitarle la vida a los más jóvenes, así que terminé centrándome en el Ourense B».

Bajo su dirección, el equipo que entrenó Francisco Romero llegó a Tercera, con una generación que a día de hoy sigue rememorando esa etapa: «Fueron años muy bonitos, recuerdo sobre todo al inolvidable Eduardo Gamallo, que vivía para el filial, y a muchos jugadores de casa a los que llevamos después a Punta Cana de vacaciones para celebrar aquel meritorio ascenso».

Con buena parte de esa base y con el mismo Romero, también tuvo que reconstruir el primer equipo tras su descenso de Segunda B: «Me hice cargo de la presidencia para sustituir a Quino Muñoz tres meses y llegué a cuatro años en el cargo. Trabajamos mucho para reflotar aquello. Nos quitamos un montón de sueldos altos de encima y tiramos de jugadores de Ourense. Cada año rebajábamos la deuda, pero algunos de los que vinieron después pecaron de iluminados y echaron por tierra todo ese trabajo. Yo creo que el club podría haberse mantenido a flote».

«Hay que apoyar a la gente que se atreve a dirigir un club de fútbol»

Con las credenciales de Juan Pérez, su presencia en la familia de la actual UD Ourense parecía segura y, además, el propio exdirectivo remarca su apoyo a la iniciativa, aunque su etapa en esas lides ya quedó atrás: «Hay que apoyar a la gente que se atreve a dirigir un club de fútbol porque implica un gran esfuerzo, pero a todos los que nos movimos cerca del Ourense nos llena que se mantenga activo este sentimiento, porque es la afición la que hace el club. Somos muchos los habitantes de esta ciudad que necesitamos ese aliciente de llegar al fin de semana y ver de cerca a nuestro equipo, le vaya mejor o peor, aunque siempre quieres que gane». También cree el que fuera presidente ourensanista que el balompié provincial está creciendo, aunque algunas cosas le llaman la atención: «Nunca encontré explicación a que el Ponte cambiara de nombre, incluso antes de desaparecer el Ourense. Sin buscar polémicas, cada uno tiene su identidad».

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