El cierre temporal de Outariz ahonda en el declive del termalismo ourensano

Miguel Ascón Belver
Miguel Ascón OURENSE / LA VOZ

OURENSE

Tras el despido de los trabajadores que se encargaban de ese servicio, fue un empleado municipal el que se encargó este miércoles de la vigilancia de las termas de Outariz.
Tras el despido de los trabajadores que se encargaban de ese servicio, fue un empleado municipal el que se encargó este miércoles de la vigilancia de las termas de Outariz. Santi M. Amil

Las pozas cerradas reabrieron provisionalmente este miércoles con personal municipal a la espera de resolver el problema de los trabajadores despedidos

19 oct 2023 . Actualizado a las 05:00 h.

El espacio termal de Burga de Canedo, en Outariz, estuvo cerrado este martes. La empresa que se encargaba de la vigilancia, control de acceso y primeros auxilios despidió a los cinco empleados que asumían ese servicio y el Concello ha llegado a un acuerdo para que otra compañía se encargue del trabajo y contrate a los despedidos. Sin embargo, los trámites no se completaron a tiempo y este miércoles el Ayuntamiento reabrió las pozas de forma provisional con personal municipal ya que los trabajadores que se encargaban de ello no podían hacerlo al no estar todavía asegurados. En cualquier caso, lo ocurrido en Burga de Canedo viene a confirmar el declive que desde hace unos años sufre el termalismo ourensano, uno de los principales reclamos turísticos de la ciudad.

En Outariz hay dos espacios termales diferenciados, uno con ese mismo nombre, aguas arriba de la pasarela, que está cerrado. Una de sus tres pozas se reabrió en Semana Santa, pero después volvió a vaciarse porque, según argumentó el gobierno municipal, ya no era temporada alta. En un reciente pleno, el alcalde, Gonzalo Pérez Jácome, explicó que «no se van a volver a abrir a menos que cambie la ley». Según aseguró, el caudal disponible sin ejecutar nuevas captaciones no es suficiente para cumplir con los requisitos exigidos en ley autonómica que regula el uso lúdico de las termas. Por lo tanto, en la zona de Outariz solo están en funcionamiento dos de las tres pozas del espacio de Burga de Canedo, justo debajo de la pasarela. Las termas de A Chavasqueira y las de Muíño da Veiga completan la oferta pública y gratuita de la ciudad.

En obras o en proyecto

La piscina termal de As Burgas es el recurso de este tipo que más tiempo lleva sin funcionar. Cerró, como todos, cuando se decretó el estado de alarma por la pandemia. Pero, cuando se eliminaron las restricciones decretadas para contener la expansión del coronavirus, esa instalación tampoco pudo reabrir porque había entrado en vigor una ley autonómica que obligaba a hacer reformas. Los trámites se demoraron y no fue hasta el pasado mes de abril cuando el Concello de Ourense adjudicó la ejecución de las obras a la constructora Coviastec por 548.923,22 euros.

La piscina termal de As Burgas lleva cerrada desde la pandemia. El pasado mes de junio comenzaron unas obras de reforma para adaptar las instalaciones a la ley autonómica y su reapertura se prevé para el 2024.
La piscina termal de As Burgas lleva cerrada desde la pandemia. El pasado mes de junio comenzaron unas obras de reforma para adaptar las instalaciones a la ley autonómica y su reapertura se prevé para el 2024. MIGUEL VILLAR

Los trabajos comenzaron en junio y deberían estar terminados en un plazo de cinco meses, por lo que la piscina termal de As Burgas estaría lista para abrir a principios del año 2024. Como resultado de la reforma, se instalará un sistema para medir todos los parámetros de calidad del agua que establece la ley y se mejorará la canalización y bombeo para cumplir con las normas que obligan a renovar constantemente el agua de las termas. Además, el Concello aprovechará para renovar los vestuarios y el resto de instalaciones, que contarán con wifi y con un sistema de videovigilancia.

Con respecto a las instalaciones termales de pago, que funcionan en régimen de concesión, solo está en funcionamiento la de Outariz. El recinto de A Chavasqueira se quemó por completo tras un incendio que se investigó como provocado en abril del año 2019. La Confederación Hidrográfica Miño-Sil autorizó la reconstrucción en abril del año 2022 y daba un plazo de 18 meses para la ejecución de las obras. Sin embargo, no fue hasta el pasado mes de septiembre cuando la Junta de Gobierno Local aprobó el proyecto para su reconstrucción, presupuestado en 330.000 euros, de modo que el Concello se vio obligado a solicitar una ampliación de plazo en la autorización concedida por la Hidrográfica. Esa solicitud está pendiente de respuesta.

Todas las instalaciones termales citadas estaban construidas ya cuando Gonzalo Pérez Jácome asumió la alcaldía de Ourense, hace más de cuatro años. La única propuesta de nuevos recursos en materia de termalismo que ha salido del gobierno de Democracia Ourensana es la construcción de un parque acuático bajo techo que podría utilizarse todo el año al abastecerse de agua termal. Por ahora, solo se conoce un anteproyecto que propone un diseño inspirado en el imperio romano y el regidor aprovechó su última reunión con Rueda para pedirle la ayuda económica de la Xunta.

El aquapark se situaría en el lugar donde está el antiguo matadero municipal, cuyo derribo está contratado desde hace meses, pero aún no ha comenzado.