El nivel del caudal del río Miño a su paso por Ourense se duplicó en apenas cuatro días

Marta Vázquez Fernández
M. Vázquez OURENSE / LA VOZ

OURENSE

El Miño, desbordado a su paso por Ourense. Playa de la Antena
El Miño, desbordado a su paso por Ourense. Playa de la Antena Miguel Villar

La crecida, que elevó el nivel de las aguas hasta los seis metros en la noche del sábado, ha anegado todo el paseo fluvial de la capital

06 nov 2023 . Actualizado a las 05:00 h.

Primero Ciarán y luego Domingos. El paso por la provincia de Ourense de dos borrascas en apenas cuatro días ha dejado un reguero de incidencias que ha mantenido en vilo a los servicios de emergencias. Además, las intensas lluvias que han traído consigo los fenómenos meteorológicos adversos han tenido un efecto impactante en el caudal de los ríos, que después de muchas semanas en niveles mínimos han experimentado grandes crecidas.

El caso más llamativo ha sido el de la capital ourensana. El martes pasado, 31 de noviembre, el nivel del agua se situaba en 2,64 metros a última hora de la tarde. Este sábado por la noche ese límite se había duplicado, repuntando hasta los 5,90 metros, tal y como aseguran desde la Confederación Hidrográfica Miño Sil. La presa de Velle había estado soltando en las horas previas un caudal de más de mil metros cúbicos de agua por segundo y con ese volumen ocurrió lo esperado: el cauce se desbordó y dejó bajo las aguas toda la zona inundable que se sitúa a ambos lados del cauce a su paso por la ciudad. Los más damnificados, como ya ha ocurrido con anteriores temporales, han sido los espacios termales, que quedaron totalmente anegados. Así, este domingo era imposible completar a pie el tramo de varios kilómetros que transcurre desde A Chavasqueira hasta Outariz. El agua cubría muchos trechos del paseo y se acordonaron varias zonas por parte de personal de Protección Civil y Policía Local para evitar peligros a transeúntes.

Desde el Concello de Ourense no se ha hecho valoración alguna de los efectos de un temporal que también provocó la caída de numerosos árboles, así como desprendimientos en distintos municipios de Ourense. Los bomberos de la capital tuvieron que realizar un gran número de salidas, tanto en el casco urbano como en el perímetro rural, para retirar obstáculos como troncos, ramas o elementos de fachadas. Este lunes se espera una jornada más tranquila.