Día del veterano de la Guardia Civil en Ourense: «Ingresei en 1962 e estiven encantado»
OURENSE
El comandante jefe interino lanzó la idea de aprovechar los edificios públicos del instituto armado ahora en desuso para convertirlos en residencias de mayores
15 nov 2023 . Actualizado a las 05:00 h.Por primera vez en Ourense, los guardias civiles veteranos fueron protagonistas de un acto de homenaje, celebrado este martes en la sede de la Comandancia del instituto armado, en Santa Mariña. Este día del veterano de la Guardia Civil se celebró con solemnidad y con una reunión de unos ochenta de los viejos camaradas, ya retirados, que volvieron a verse después de mucho tiempo.
Dos de ellos, los de mayor edad, Santos Álvarez, de 92 años, y Luis Requejo, de 87, recibieron un recuerdo en representación de todos los veteranos. Rafael Berguillo, comandante jefe interino, los definió como «maestros y ejemplo de vocación y servicio» y subrayó, que ya retirados, siguen siendo «defensores de la ley y el orden». El comandante lanzó un proyecto, aún muy incipiente: transformar edificios públicos de antiguos puestos en desuso para convertirlos en residencias para mayores guardia civiles.
Previamente se proyectaron vídeos del trabajo de la Guardia Civil hace décadas, con peores medios. El subdelegado del Gobierno, Emilio González, incidió en que, pese a la diferencia de instrumentos o vehículos, «lo que no cambian son las personas» y agradeció el trabajo de los guardias que dieron «tranquilidad y seguridad a los municipios».
Tras un homenaje a los caídos, se inauguró un monumento dedicado a los guardias veteranos. Allí, Santos Álvarez, natural de Vilardevós, recordó que ingresó en el instituto armado en 1962 y se retiró en 1987. Entró con unos treinta años cumplidos, después de decidir que ya no quería ser más tiempo labrador. Su primer destino fue en fronteras. Estuvo en el Pirineo de Huesca cuatro años y medio, rodeado de nieve, en un destacamento de Bielsa. Los mandaban cuatro días a una caseta en el monte, donde tenían que sobrevivir. Se hizo buen pescador de truchas para poder comer. De vuelta a Ourense, trabajó en Cualedro, en el puesto de Trives y en el economato de la Comandancia. «Os anos que estiven na Garda Civil, estiven encantado da vida», enfatizó.