Cáritas y CEO reclaman más transporte público con los polígonos industriales
23 nov 2023 . Actualizado a las 05:00 h.La sede de la Confederación Empresarial de Ourense (CEO) acogió el acto final del programa Emplea Lab que durante este año ha ayudado a cerca de trescientas personas a mejorar su capacidades para encontrar un puesto de trabajo. Se trata de un proyecto piloto del Ministerio de Inclusión, Seguridad Social y Migraciones para medir y mejorar el impacto de las acciones de inserción sociolaboral. En concreto se desarrolla en colaboración con Cáritas y las Fundación CEOE. Uno de sus objetivos es diseñar y ejecutar itinerarios intensivos de inserción sociolaboral.
Con una duración de tres meses —más corta que otros programas de inserción— se trabaja tanto a nivel individual con cada participante, como en grupo. Otra singularidad es que, además de formar en competencias básicas a los usuarios, se incide también en las digitales. A ello se suma que la prospección del tejido empresarial para encontrar esos nichos de empleo para la inserción de los participantes. El público objetivo son personas perceptoras del IMV (ingreso mínimo vital) u otras rentas mínimas autonómicas y, por tanto, en riesgo de vulnerabilidad. Una situación a la que se puede llegar mucho más fácil de lo que se piensa, según señalaba este miércoles la directora de Cáritas Diocesana de Ourense, María Tabarés.
Algunos de los ourensanos que participaron en la iniciativa ya están trabajando y son un ejemplo de esa realidad. Como Sandra y José Luis. Ambos estaban en el paro cuando les sugirieron entrar en el programa y coinciden en que principalmente les ha ayudado a sentirse mucho más seguros de sí mismos.
«Te ayuda a conocerte a ti mismo, a saber que valemos y podemos echar para adelante. Es importante valorarte y subir la autoestima porque cuando hay dificultades tiendes a verlo todo gris. Te preguntas por qué te tiene que pasar esto, te deprimes y eso te impide salir a flote», resume Sandra, que ahora trabaja en Cachaldora Seoane. Tiene 30 años pero lleva 15 cotizados en el sector de la peluquería. Se había quedado en paro y su prestación por desempleo era muy pequeña porque en los últimos tuvo que compaginar el trabajo con la crianza de su hijo. Durante ese tiempo solo tuvo contratos a media jornada. «Este sector es complicado. A partir de enero y hasta el verano la actividad flojea y no siempre pueden mantenerte en la plantilla. Aunque yo he tenido bastante suerte y siempre he tenido contratos de tres e incluso cuatro años», cuenta Sandra.
José Luis también comenzó a trabajar nada más terminar la carrera con 25 años. Hoy tiene 41. Es ingeniero industrial y ha estado en varias empresas incluso de ámbito internacional. También estaba en paro cuando le invitaron a participar en este plan con el que consiguió un contrato de jefe de producción en la empresa Adventus Plus. «En mi caso valoro mucho lo aprendido en las llamadas competencias blandas. Siento que tengo más resiliencia y más fuerza, más alegría y más confianza. Conozco mejor mis fortalezas», señala.
Junto a ellos, se sentaron en la mesa para participar en el coloquio sus empleadores, Pedro García Santoveña, gerente de Adventus Plus y Jorge Cachaldora, de Cachaldora Seoane, además de Alba Montes, una de las técnicas de Cáritas que participó en el desarrollo de este proyecto.
También intervino Miguel Ángel García, coordinador por la Fundación CEOE, que señaló la necesidad de que las instituciones públicas mejoren servicios esenciales, como el transporte público a las zonas industriales. Su carencia, dijo, perjudica especialmente a las personas con menos recursos que se ven abocados a renunciar a empleos. «Hay gente que no puede ir a trabajar porque sencillamente no tiene cómo ir al trabajo», señaló.
En esa misma línea, María Tabarés pidió también sistemas de apoyo específicos para las familias monoparentales. «Es imposible irte a trabajar a un polígono y compatibilizar esa distancia con los horarios escolares de los niños», ejemplificó. «El problema de la inserción para los que tienen menos recursos no se resuelve solo con mejorar las capacidades de los trabajadores, sino poniendo en marcha sistemas de apoyo para que tengan las mismas oportunidades», concluyó.
Un programa de apoyo a la inserción laboral que se examina para testar el éxito
El programa Emplea Lab no termina con la formación en competencias básicas y digitales de los participantes para mejorar su capacidad de encontrar empleo. De hecho, una de las diferencias con otros planes de inserción laboral está en la segunda línea de trabajo del proyecto que es el autoexamen para testar el éxito de la iniciativa y las cuestiones que deben mejorarse dentro de su desarrollo. Son las denominadas evaluaciones de impacto. Esta segunda fase del programa comienza a desarrollarse precisamente ahora. Se crearán sistemas de control que permitirán analizar la efectividad del programa, tanto en los dos modelos de itinerarios personalizados que se aplican, como en la mejora real de la empleabilidad y la inserción de las personas que participan. Este es un plan piloto que se está desarrollando en varios puntos de España con los mismos socios y lo que se pretende en la segunda fase es obtener conclusiones sobre su efectividad y conocer las dificultades detectadas por los técnicos. Se trata de evaluar tanto las posibilidades de expansión futuras como la mejora de métodos de trabajo. Sin embargo el contacto con las personas que han sido usuarias del programa se mantiene. «Nosotros siempre estamos ahí y vamos a seguir apoyándolos en lo que necesiten», aseguraba la directora de Cáritas Diocesana de Ourense, María Tabarés.
El Ministerio de Inclusión, Seguridad Social y Migraciones ha dotado a este proyecto de inserción para personas con ingresos mínimos con un presupuesto global de algo más de siete millones de euros que llegan de los fondos Next Generation dentro del Plan de Recuperación, Transformación y Resiliencia.