A punto de cumplir 107 años: «Aprendí lo que era pasar hambre y ahora valoro mucho el plato en la mesa»

María Doallo Freire
María Doallo OURENSE

OURENSE

Miguel Villar

Los familiares de Esperanza Cortiñas viajarán desde París, Alicante y Lugo para ayudarla a soplar las velas

01 dic 2023 . Actualizado a las 20:08 h.

Es una de las vecinas más queridas que tiene Ourense. A punto de cumplir 107 años este lunes, Esperanza Cortiñas cree saber cuál es el secreto de una vida tan longeva. «Creo que bailar tanto hace que no envejezca», dice. Está convencida. Baila por lo menos tres veces por semana desde hace casi cuatro décadas. Lo hace en el Centro Sociocomunitario de Ourense y también en el hogar del mayor del barrio de A Ponte. «Aunque ahora hay poca gente y entonces da un poco de vergüenza salir a bailar. Lo bueno es que siempre me toca con señores más jóvenes que yo, claro», bromea. 

El año pasado celebró su cumpleaños de manera especial. Fue la encargada de encender la Navidad en Ourense. Acompañada del alcalde, Esperanza pulsó el botón que activa la iluminación navideña en toda la ciudad. Este 2023, el festejo también es importante porque en él participará la mayoría de su descendencia. «Nos vamos a comer todos de restaurante. Viene mi hija desde París, mis nietos que viven en Alicante y mis sobrinos que están repartidos por la provincia de Lugo», cuenta. A la comida familiar también se sumará otra de sus hijas, Mari, la que vive con ella, y algunas amigas. «Escogí el Peregrinus porque tiene pulpo y churrasco. A mí me encanta comer de todo, pero los platos típicos gallegos me pirran», admite. Precisamente, cree que ese es otro de sus secretos para llegar a cumplir 107 años y hacerlo estando estupenda. «Me he tirado toda la vida trabajando, desde muy niña. Aprendí lo que era pasar hambre y ahora valoro mucho el plato en la mesa. Me gusta todo pero entre mis favoritos está el caldo gallego», admite. 

Esperanza, jugando a las cartas con sus amigas
Esperanza, jugando a las cartas con sus amigas Miguel Villar

Esperanza Cortiñas nació el 4 de diciembre de 1916 en Carballedo, un pueblo del interior de Lugo, pero lleva en Ourense desde que se casó, cuando tenía menos de veinte años. Llegó a Os Peares y luego se mudó al barrio de A Ponte, donde no pasa desapercibida. Empoderada y dicharachera como es, a Esperanza le encanta hablar con todo el mundo y recibe los saludos y buenos deseos de sus vecinos a diario. Porque sí, esta centenaria sale de casa todos los días. Hace recados por su barrio, va a misa y no perdona ni una tarde en el centro social de la calle Concejo. Allí juega a las cartas con sus amigas, que rondan los 70 años. «Aquí soy la reina. Me trata todo el mundo con mucho cariño y siempre me dicen palabras bonitas», explica. Les gusta jugar a la brisca y al tute y Esperanza afirma que no soporta las trampas. Dicen sus amigas que a ella le gusta ganar y que siempre lo hace de manera legal. También afirman que es muy buena persona, pero, eso sí, que tiene mucho carácter. «Tiene mala uva e igual eso es lo que le hace estar tan bien porque la verdad es que tiene una cabeza impresionante», comenta una de sus amigas. 

Ahora que sopla 107 velas sobre la tarta, Esperanza sabe suficiente de la vida como para permitirse dar consejos a las generaciones que vienen detrás. Para ella lo fundamental es mantener la educación. «A los jóvenes les diría que lo principal es llevarse bien con la familia; que hay que cuidarla, atenderla y ser cariñosos», termina.