Trabaja en un centro de menores de Ourense y al llegar a casa hace bastidores bordados

Sara Vázquez es educadora social en un centro de menores de Ourense. «En primero de la ESO tenía una compañera de clase a la que le faltaban los brazos y las piernas y venía con una chica que la acompañaba a todas partes. Me impactó tanto que hablé con ella para saber que había que estudiar para ayudar de esa manera a los demás», recuerda. Dice que desde entonces tuvo clarísimo lo que quería ser y a sus 32 años siempre se ha dedicado a lo mismo, pero con la pandemia descubrió una nueva pasión que sumar a su profesión. «Mi madre y mi abuela son dos mujeres muy manitas y desde niña me enseñan de todo, como a hacer bufandas. En el confinamiento trabajamos cuatro días seguidos y luego descansábamos. Empecé a ver en redes sociales bastidores bordados y me enseñaron puntadas básicas para que pudiese hacer los míos», recuerda. Así empezó en el mundo de la artesanía, de forma espontánea y básica, por curiosidad.

Su sello personal como artista es Feito na Cuarentena, una marca que nació en Instagram. Hace y vende bastidores con mensajes de Frida Kahlo o de El Principito, entre otros muchos modelos. «Creo que destacan porque son muy económicos y porque también los hago personalizados. Me puedes pedir lo que quieras y yo lo plasmo ahí. Me encanta ponerles alma y que se adapten a las historias que los clientes me cuentan», dice. También hace bolsas de tela bordadas o con bolsillos calcetados. Las piezas de Sara no superan los 17 euros. «Me entretiene mucho y me ayuda a relajarme, así que me lo tomo como algo que me aporta mucho», afirma y admite que le gustaría formarse más y seguir creciendo. Para Sara, cuyo trabajo es tratar de reinsertar a delincuentes menores de edad en la sociedad, es muy importante desconectar.

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