El Ourense CF doma al Compos y mete presión a sus rivales (2-0)

El Ourense CF presentó otra tarjeta para postularse al liderato de su grupo de Segunda Federación. En el derbi ante el Compostela, los de Oira dominaron y marcaron el ritmo de un encuentro que ganaron con suficiencia: 2-0.

El duelo comenzó tenso, con tarjeta a Facu Ballardo en el primer minuto y rifi rafe con nervios a flor de piel. Rubén Domínguez y Míchel Alonso, estrategas de primer nivel se buscaron las cosquillas desde el inicio. El de casa abriendo bien a sus puñales por banda y el forastero reforzando por dentro para frenar al trivote ourensano, mientras inquietaba con la doble punta de Manu Barreiro y David Grande. Los santiagueses atacaron primero, con un chut que se le fue demasiado cruzado a Manu Ramírez, cuando los de casa ya incordiaban de modo reiterado por los flancos.

Pato Guillén atrapó un centro chut con veneno de Ballardo y el tándem Álex Gil - Andrada abrió la lata. El extremo desbordó hasta línea de fondo y entregó al lateral, cuyo primer disparo —de diestra— lo rechazó la zaga hacia su zurda, con al que anotó.

Los anfitriones eran disciplinados para ocupar espacios con eficacia en fase defensiva y Hugo Sanz demostró lo bien que le sentó el regreso a la ciudad, cuando se asociaba con Alberto Gil. El Compos no cedió y ganó metros. David Grande avisaba y Marqueta repelió de puños un zambombazo de Juampa Barros. Para cerrar el primer acto, los ourensanos acosaron de nuevo a Pato, que realizó una doble parada a remates del debutante Diego y Alberto Gil, mientras que Álex Gil no pudo culminar su gran partido y falló su remate en el área pequeña, después de otra incursión brillante de Sanz.

Míchel no esperó más y en el descanso dio entrada a Roque y Samu. Pareció más incisivo el elenco santiagués, pero solo amenazó de verdad en un remate de Barreiro en fuera de juego que detuvo Marqueta. Un espejismo del que los despertó Gabri Palmás, rematando fuera un córner nada más saltar al terreno de juego. Hugo Sanz hizo trabajar a Pato en otro lanzamiento de esquina muy cerrado y el Ourense CF jugaba a lo que quería.

La sentencia estaba en el horno. Avisó Alberto con un eslalon que frenó Pato y, diez minutos después no perdonó el extremo. Se la mandó en largo Fidalgo y definió de lujo con recorte incluido. Los compostelanos ya no respondieron en veinte minutos plácidos para los de casa, que incluso pudieron incrementar su ventaja en un trallazo de Palmás a la base del palo y en otro remate de Moha.

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