El Arenteiro pecó de mala puntería y dobló la rodilla ante el SD Logroñés (1-0)

Ya no hay tregua en la Primera Federación. Todos los equipos se juegan mucho e incluso el vicecolista SD Logroñés fue un rival incómodo pegajoso para un Arenteiro que careció de chispa en los últimos metros y, sobre todo, fue ineficaz en la definición, incapaz de levantar el gol de Ferni al rechace de un córner: 1-0.

Javi Rey apenas modificó lo que le había resultado rentable en las últimas jornadas. Diego García volvió a ubicarse bajo palos, tras recuperarse de su lesión y Tiago se hizo sitio en la sala de máquinas, tras la lesión de Marino. Fue buena la puesta en acción de los visitantes y el centrocampista ourensano uno de los más entonados en la medular. Uno de sus centros filtrados lo remató fuera Luis Chacón en la primera oportunidad clara. El de Pontedeume también cabeceó fuera un centro de Álvaro Ramón, en medio de dos acciones de estrategia de ambos planteles.

Alessio Miceli se encontró con los puños de Diego García, en la intentona local, mientras que Pibe volvió a hacer gala de su zurda, en un libre directo escorado que desvió Uri. Al contrario, los rojiblancos sacaron petroleo de un córner que dejó un balón rechazado en el corazón del área y Ferni no dejó que bajara, rematando en escorzo y sorprendiendo a Diego.

El bofetón dejó tocado a un Arenteiro que aún así pudo empatar antes del intermedio en un voleón de zurda de Álvaro Ramón, que no cogió portería por poco. Tras el intermedio, Aitor Larrazabal situó a su goleador como falso nueve, al prescindir de un Márquez que había sido intrascendente. Los de casa se parapetaban para defender su mínima renta y confiaban en salir a la carrera.

Una internada brillante de Pibe habilitó a Álex Cardero, que mandó alto un balón con todos los boletos para convertirse en gol. A renglón seguido, una buena maniobra de Munín en el área terminó en paradón de Uri. Comenzaba a oler a que no era el día. Además, la respuesta de los riojanos fue otra opción clarísima para Salado, que también se le escapó por arriba.

En el carrusel de cambios, la entrada de Iván Ramos parecía agua bendita para los carballiñeses, dándole mayor verticalidad a su juego. Uri le sacó un disparo envenenado, como el centro chut de Álvaro Ramón, que se fue desviado cuando buscaba el segundo palo. Los logroñeses durmieron bien la disputa y el ataque forastero era más deslavazado, aunque un remate de Luis Chacón, repelido por la defensa, llevaba marchamo de gol.

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