El Arenteiro iguala el nivel del filial de la Real Sociedad y amarra un punto (1-1)

El Club Deportivo Arenteiro sigue creciendo más allá de su desafío inicial de salvar la categoría y esta vez sostuvo el pulso a un filial con la calidad que atesora el plantel B de la Real Sociedad, que además se había adelantado con un gol bastante protestado: 1-1.

Sergio Francisco situó a su joven escuadra con un rombo en medio cambo que aseguraba la presión por dentro, frente a un cuadro local que, a última hora, perdió a su abrelatas Pibe, debido a una indisposición. El artillero Azkune, Fiabema y Goti ensayaron el chut en los primeros compases, llegando fácil al área, tras recuperar balones muy arriba. Los verdes comenzaron a encontrar a Álvaro Ramón para percutir por la izquierda y Jordan para sacar el cuero en el lateral opuesto. Una robo de Tiago forzó el primer disparo a puerta, que rechazó un defensor, y Germán se encontró con el espigado Aitor Fraga a la salida del córner posterior. En la mejor combinación, fue el berciano Álvaro el que echó fuera la mejor combinación y, a renglón seguido, el mismo carrilero volvió a buscar el gol.

El Arenteiro había capeado el temporada y empezó a controlar el esférico, pero desde el banquillo donostiarra ordenaban apretar más en los costados y los blanquiazules volvieron a la carga. Pablo Marín, un habitual en convocatorias del primer equipo, lanzó alto su misil y Rupérez obligó a esforzarse a Diego. Las tablas parecían buenas para ambos y, entonces, Fiabema se escapó en una posición adelantada que el árbitro no sancionó y su tiro a puerta lo repelió Diego como pudo. Tal como le llegó al balcón del área, el talentoso Marín lo coló por la escuadra. Se enrabietaron los de casa y Chacón estrelló el balón en el bosque de piernas que cruzaban por el área. A vestuarios con el 0-1.

El duelo era intenso y peligroso de cara a ambas porterías y los entrenadores reiteraron propuestas al volver al campo. Azkune dio el primer susto a Diego García, pero fue en el área opuesta donde sonó la campana. Iván Ramos pisó área partiendo de la derecha y le hizo dos nudos a Jon Balda para sacarse un obús que no vio el arquero, pese a que no parecía ángulo suficiente para encontrar el fondo de la red.

Espiñedo rugía. Y eso que, en cuestión de minutos Rupérez apretó a Diego, quien sacó abajo una mano salvadora. El partido se abría y el central Germán Nóvoa llegó a línea de tres cuartos y se sacó un pelotazo que hizo volar a Aitor. En el intercambio de golpes, el peligroso Mikel Goti se encontró con otro paradón del portero carballiñés. En esa ida y vuelta navegó mejor el conjunto forastero y Pablo Marín se encontró con el travesaño en otro remate con su sello.

Los anfitriones buscaban la referencia de Manín arriba, pero también el filial re rearmó para pugnar por los balones altos y Diego tuvo que concentrarse mucho para no conceder facilidades en esas disputas. A la postre, el balón se alejó de las áreas y los futbolistas terminaron por considerar que el punto era buen botín, después de una pelea dura y no falta de pegada.

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