Ferran Corbalán, músico: «Queremos que la gente vea a los Beatles, que son imagen no solo música»

Maite Rodríguez Vázquez
Maite Rodríguez OURENSE / LA VOZ

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El grupo Abbey Road, de Barcelona, es una banda tributo a The Beatles.
El grupo Abbey Road, de Barcelona, es una banda tributo a The Beatles. © Tomas Moya / Photographer

Abbey Road, uno de los grupos tributo más longevos, actúa por primera vez en Ourense

17 abr 2024 . Actualizado a las 05:00 h.

Viernes 19 de abril • 20.30 horas • Auditorio de Ourense • Entradas a la venta en ataquilla.com • Antes de que los grupos tributo o clones fueran conocidos, la banda barcelonesa Abbey Road ya se había unido para tocar las canciones de The Beatles. Hoy están considerados como uno de los mejores grupos tributo a la mítica banda británica. El viernes actúan por primera vez en Ourense, con un espectáculo en el que repasan las tres épocas de The Beatles, con instrumentos y vestuarios que reproducen los que utilizaron los cuatro de Liverpool. Ferran Corbalán, que actúa como George Harrison, cuenta la historia de la formación y qué ofrecerán en el auditorio ourensano.

 —El grupo que lleva más de tres décadas ¿Cómo empezó?

—Llevamos desde 1989. Eramos cuatro amigos a los que nos gustaba la música de los Beatles y nos juntábamos para tocarla. Era una época en la que no existían los tributos ni los clónicos. La gente no entendía por qué hacíamos música de los Beatles, pero por el interés y el cariño que les teníamos decidimos sacar esta banda.

—Se las considera una de las mejores banda tributo a nivel internacional. ¿Satisfechos?

—Es una recompensa a muchos años de trabajo. Primero nos criticaban. Hoy llevamos un espectáculo muy grande, de dos horas y media con luces, proyecciones, con los atuendos y guitarras que llevaban los Beatles, repartido en tres épocas: la beatlemanía, la de Sgt. Pepper y la final, con sus cambios de vestuario e instrumentos.

—¿Qué se verá en Ourense?

—El espectáculo va cambiando, las canciones no. El problema es que los Beatles tienen 50 canciones famosas y hacemos 32 o 34. El problema es cuál quitamos.

—¿Cómo repartieron los roles?

—Cada uno ya tenía su beatle preferido y fue fácil. Queremos que la gente vea a los Beatles, lo más parecido a lo que fue un concierto suyo, con sus gestos y sus movimientos. Los Beatles son imagen, no solo música. La segunda y tercera época, cuando se cerraron en un estudio y grababan con orquestas, son más difíciles, pero creo que lo hemos conseguido.

—¿Tardaron mucho en conseguir los trajes y los instrumentos similares a los de la época?

—Los instrumentos son carísimos de conseguir. No son los de la época, porque estarían muy deteriorados después de sesenta años, pero son modelos exactos, de los mismos colores. Son instrumentos que suenan muy particulares. Para conseguir ese sonido tienes que llevar un bajo Höfner, como el que llevaba Paul, o una Rickenbacker, esas guitarras americanas como las que ellos utilizaban. El sonido pop británico es muy típico con estos instrumentos. Los trajes son hechos a medida por un sastre, ya no se encuentran. Todo ha sido muy laborioso, muy costoso, pero el resultado yo creo que es buenísimo. 

—Como músico que representa a George Harrison ¿tiene alguna etapa favorita de este beatle?

-La etapa más importante de George fue la última, cuando más le dejaron sacar sus composiciones. Fue la época de Abbey Road o Let it Be, con canciones como Something o Here Comes the Sun. La aportación en otras épocas es importante, pero como compositor la última lo fue más.

¿En el espectáculo tocan canciones de las tres épocas por igual?

 —Intentamos que sea un tiempo equilibrado. De la primera época entran más, lógicamente, porque son canciones más cortas, pero está bien equiparado. 

—¿No se cansan de tocar de tocar las canciones de los Beatles, siguen siendo fans después de tantos años?

—Seguimos disfrutando porque cada concierto es diferente. Disfrutamos porque vemos la reacción de la gente y que se lo están pasando bien. Nos llena. Aunque son casi siempre son las mismas canciones, lo importante es que nos lo pasamos bien, si no, no lo estaríamos haciendo.