La asociación Avante, creada por vecinos de Ourense, cumple un año
18 may 2024 . Actualizado a las 05:00 h.Hace un año se inscribía en el registro de asociaciones de la Xunta Avante, una entidad que nació de la inquietud de un grupo de vecinos ourensanos que decidieron dar un paso adelante para ayudar en lo que pudieran a los refugiados ucranianos que llegaban huyendo de la guerra provocada por la invasión rusa. Arrancó como una implicación personal de cuatro amigos que respondieron a la petición de ayuda de los organizadores de la expedición SOS Ternópil Galitzia. «Buscaban personas que pudieran ayudar con esas familias que habían llegado, haciéndose cargo de alguna de ellas. En aquel momento mi mujer y yo, junto con Juan y Marina, decidimos asumir el compromiso con dos familias», cuenta Julio Vila Pérez, socio fundador y actual presidente de Avante. «Nos hicimos cargo económicamente de todo, desde el alquiler de un piso para que vivieran en él hasta la comida y todo lo que necesitaban y nos vinculamos como si formasen parte de la familia», relata. Ayudaron en las gestiones que aquellas primeras refugiadas en Ourense tuvieron que hacer para conseguir su documentación, les acompañaban al médico e incluso estuvieron presentes en el nacimiento del hijo de una de ellas, del que fueron meses después, poco antes de que regresasen a su país, padrinos de bautizo.
Pronto estos dos matrimonios ourensanos se dieron cuenta de que esas personas necesitaban sentirse útiles y productivas, no seguir dependiendo de la caridad de forma indefinida. Así que comenzaron a echar mano de contactos personales y profesionales para buscarles trabajo. Aquello fue el principio de un proyecto que fue madurando con los meses y con la llegada de nuevas peticiones de colaboración.
Julio Vila cuenta que una persona de origen cubano que les ayudaba como intérprete con los ucranianos les propuso echar una mano a una familia que había escapado de su país hacia Rusia, desde donde consiguieron llegar a España. «Entramos en contacto con otra realidad diferente. Los ucranianos tenían el problema del idioma, pero tenían garantizado el estatus de refugiados y era mucho más sencillo conseguir papeles para que pudiesen trabajar. Los cubanos, sin embargo, tenían la facilidad del idioma, pero la regularización es complicadísima y en esa tarea nos centramos», relata Vila Pérez.
Constatar esa diversidad de realidades de los migrantes fue el punto de inflexión. Decidieron que querían seguir por ese camino. «Pensamos que si nosotros habíamos tenido suerte, y gracias a Dios, la vida nos ha ayudado y tenemos recursos, podíamos echar una mano a otras personas en situación de necesidad si lográbamos reunir a más gente en nuestra situación. No para apoyar solo desde el punto económico, sino cada uno en la faceta que pudiera y con el objetivo puesto en encontrarles trabajo porque ese es el principio de todo», recuerda el presidente de Avante. También eran conscientes de que necesitaban darle forma y soporte legal a lo que estaban haciendo. «Valoramos muchas cosas, desde hacer una fundación a una oenegé. Finalmente, tras informarnos, pensamos que lo mejor era crear una asociación», matiza.
Una decena de firmas conforman el núcleo de fundadores con los que quedó registrada la entidad en abril del 2023, aunque ellos no dejaron de prestar ayuda desde ese mes de marzo del 2022. Y no solo a extranjeros (además de ucranianos y cubanos, fueron recibiendo a personas de otros países como Serbia o Perú), sino también a nativos españoles.
El nombre de la asociación lo montaron con las iniciales de las palabras que representan los ejes de su labor: valores, apoyo, necesidad, trabajo y estima. «Nos centramos en prestar ayuda a personas de la provincia de Ourense con necesidades, o a quienes se han visto obligados a huir de sus hogares y llegan aquí, para que puedan encontrar un trabajo y tener una vida digna», resume el presidente. La entidad tiene una sola exigencia para quienes buscan su ayuda. «La palabra valores abarca también a las personas que buscan nuestra ayuda. El compromiso ha de ser mutuo y ellos deben tener claro que quieren avanzar, trabajar por su propio futuro», matiza Julio Vila.
Una alianza ciudadana que funciona con recursos propios
El presidente de Avante explica que la entidad funciona gracias a lo que cada uno de sus integrantes puede aportar. Son los socios y colaboradores los que ponen a disposición de la asociación ofertas laborales (o mueven los hilos entre otros conocidos para que les avisen de vacantes), logística y servicios. «Cáritas, Cruz Roja o Aldeas Infantiles son entidades que hacen una labor fantástica, pero nosotros somos otra cosa. Somos una alianza de personas que respondemos a la necesidad con nuestros propios recursos, una red ciudadana de apoyo en la que cada uno aporta lo que puede. Vamos acompañando de forma individualizada a cada uno hasta que consigue ser autosuficiente», matiza Julio Vila. Algo que, reconoce, no se consigue en todos los casos.
Entre las 200 personas que calculan que han ayudado desde que estalló la guerra en Ucrania, hay mayores que ya no están en edad de trabajar a los que siguen cubriendo sus necesidades. También se dan paradojas como que la independencia es real pero no puede oficializarse. «Hay algún casero que no quiere cambiar el contrato, así que sigue estando a nuestro nombre, lo que nos obliga a ejercer de subarrendadores. Las personas nos pagan a nosotros y nosotros al propietario. Es un poco absurdo», lamenta.
En la página web de Avante aparece una frase de Martin Luther King que sirve de inspiración a quienes colaboran en esta asociación: «Si ayudo a una sola persona a tener esperanza, no habré vivido en vano». Con esa filosofía, la entidad pretende seguir avanzando en la medida de la capacidad de sus socios y voluntarios para mantener sus principios fundacionales. Su objetivo es lograr que cada una de las personas que acogen bajo su tutela pueda alcanzar una meta muy concreta: «El objetivo final es que consigan un empleo, encontrarle trabajo para que la persona sea autónoma. El trabajo no solo sirve para tener independencia económica, también integra en la sociedad y eleva la propia estima», dice Vila.
La entidad cuenta con una sede física en el local número 24 de las galerías Israel, en la avenida de Buenos Aires 19, pero también se puede contactar a través de su web en la que hay posibilidad de hacerse socio, aportar donativos o ver perfiles de demandantes o las ofertas de empleo.