A Arca da Noe cumple diez años llevando más de mil conciertos al rural de A Limia
OURENSE
Noemí Vázquez abrió una taberna cultural en Vilar de Santos que atrae a cientos de artistas
18 jun 2024 . Actualizado a las 05:00 h.El refugio cultural de A Limia está de aniversario. A Arca da Noe cumple este año una década de vida con un balance de más de mil conciertos que animaron el rural ourensano. El local de Vilar de Santos de Noemí Vázquez nació por activismo cultural y ha conseguido ser un reclamo para cientos de artistas que quieren actuar sintiéndose como si estuvieran en casa. «Temos a programación pechada ata decembro e se quixéramos poderíamos tela xa durante anos», asegura Noemí.
Esta ourensana de Piñeira de Arcos, Sandiás, se embarcó con su arca en el 2014 tras pasar por otro local de hostelería y llevar casi toda su vida en actividades de dinamización cultural o haciendo teatro. «Quería promover e facer cousas na miña aldea», recuerda. Encontró en Vilar de Santos un local disponible que en poco tiempo convirtió en una sonada sala de conciertos. «Creceu sobre todo polo boca a boca, os músicos foron falando, pero hai que ter en conta que non naceu só senón que había unha rede feita de antes», explica.
De buscar artistas para sumar a la programación que ofertaba pasaron a recibir propuestas de numerosas personas para actuar en A Arca da Noe: «Eu creo que lles gusta vir porque é coma se estiveran en familia, é unha sala pequeniña, coma o salón da súa casa». Noemí respeta el trabajo de los artistas e intenta que el público esté atento. «Senón o está, mandámolos calar», bromea. Cada año organizan unas cien actuaciones, además de complementarlo con exposiciones, presentaciones de libros, mercados, talleres... La ourensana recuerda conciertos muy especiales de personas como Xabier Díaz o Guadi Galego, sin olvidar a los primeros artistas que pasaron por su local.
Más allá de una sede cultural, la taberna de Vilar de Santos también es un lugar de encuentro para vecinos y visitantes. Algunos ya han crecido allí. Prueba de ello son As Xingras da Arca, un grupo de pandereteras formado por mujeres que empezaron a tocar cuando tenían unos cuatro o cinco años y ahora, a los 14, siguen acudiendo al local para compartir música. Entre los clientes se han formado grupos de fieles que confiaron en el proyecto desde el primer día. «Sempre están axudando e así tamén acreditan os concertos e chaman a máis persoas», cuenta Noemí. Es un lugar intergeneracional precisamente para que todos los habitantes de la comarca se sientan bienvenidos: «Xa abrimos só os fins de semana porque pola semana xa non queda xente, non é como nunha gran cidade que podes pasar diante dunha sala de concertos e entrar, aquí tes que vir a propósito». Y a propósito, ya se traslada gente de Allariz, Ourense, A Limia o el norte de Portugal. «Estou moi contenta, espero que veñan outros dez máis», confiesa Noemí.