Más de 18.000 personas buscaron ayuda en Cruz Roja en Ourense el pasado año
OURENSE
Más de un tercio de los atendidos por la entidad estaban en situación de extrema vulnerabilidad
29 jun 2024 . Actualizado a las 05:00 h.Cruz Roja atendió durante el pasado año a 18.090 personas en la provincia ourensana y una cantidad importante de ellas (5.642) necesitaron de la implicación de varios de los servicios que tiene en funcionamiento la entidad porque estaban en situación de extrema vulnerabilidad. «Detrás de cada cifra, de cada número que resume o noso labor, hai moita intervención de orientación, acompañamento, formación e hai historias de vidas», señala el presidente de Cruz Roja en Ourense, Felipe Ferreiro. Y muchas de esas experiencias vitales se cuentan con un acento diferente al gallego porque el colectivo de inmigrantes vuelve a ser de los que más crece, impulsado principalmente por personas procedentes de países del centro o el sur de América. Es el caso de Erik Crisóstomo y José Cazorla. Ambos, junto con un tercer amigo y la madre de este, decidieron cruzar el charco desde Chile buscando un futuro mejor, y no solo en lo económico. «El país se está poniendo muy violento. Ya no es que te asalten incluso durante el día, es que incluso te matan solo para robarte», cuenta el primero.
El primer destino del grupo fue Madrid, donde pagaban cuatrocientos euros para vivir en una habitación. Enseguida empezaron a buscar por internet ciudades más pequeñas y más baratas, pero donde pudiese haber opciones de trabajar. Encontraron un vídeo sobre Ourense hecho por un venezolano, localizaron al protagonista y con su mediación lograron alquilar un piso en la ciudad de As Burgas. Pero la tramitación de los papeles de residencia para optar a un contrato laboral se alargó más de lo previsto. «El permiso de trabajo se nos activó en noviembre», recuerda Erik. Mientras eso no ocurría, y con los recursos que traían ya casi agotados, el grupo buscó ayuda en Cruz Roja. «No queríamos molestar a nadie, no era esa nuestra idea cuando nos vinimos, pero nos vimos en la necesidad de pedir ayuda. Fue lo mejor que hicimos porque no solo nos fueron apoyando para pagar en ocasiones la luz o el alquiler, o con la alimentación. También participamos en otras actividades que ellos hacen y que te ayudan a que mentalmente no te derrumbes, a mantenerte positivo. Ese apoyo emocional es muy importante», explica Erik. «Vivir una espera de ocho meses para que te den una documentación sin saber cómo vas a hacer cada día, cómo llegas a fin de mes, incluso cómo comes, se hace muy largo. Pero toda espera tiene su recompensa y gracias a Dios, desde que tuvimos el permiso conseguimos pronto trabajo», narra José. Ambos trabajan en una empresa de telefonía móvil, el mismo sector en el que encontró salida el tercer joven de este grupo.
Ellos no necesitaron entrar en el programa de empleo de Cruz Roja, lo consiguieron por sus propios medios; pero no suele ser lo habitual. La entidad ayudó a 1.445 personas desempleadas durante el pasado año. En ese plan se incluye desde cursos de formación y capacitación hasta ayuda para la inserción laboral gracias a la colaboración de un banco de empresas que colaboran con la entidad. «O emprego é un factor determinante para a inclusión social, polo que os datos do Plan de Emprego son alentadores, xa que a través dos nosos proxectos preto de 400 persoas accederon a un posto de traballo», apuntó el presidente de la entidad, Felipe Ferreiro, durante la presentación de la memoria.
Además de estos tres jóvenes inmigrantes, Cruz Roja ayudó a otras 12.200 personas a cubrir necesidades básicas con su programa de inclusión social. El de los mayores es otro de los colectivos a los que la entidad destina más recursos. El pasado año se prestó apoyo con diversos servicios a 2.918 personas en esa etapa de la vida. Cifra muy similar a la de los usuarios que pasaron por los programas destinados a la infancia en riesgo de exclusión que tuvo a 2.600 menores beneficiarios en toda la provincia. «Está nas nosas mans e na nosa vontade facer da sociedade na que vivimos un exemplo de cohesión e humanidade», reflexiona el presidente de Cruz Roja.
Cerca de tres mil voluntarios, socios y empresas colaboran en toda la provincia
Para llevar a cabo su labor, Cruz Roja dispuso durante el pasado año de un presupuesto de 4,6 millones de euros, en los que se incluyen la participación de las administraciones públicas a través de varios de sus programas. El fondo Social Europeo, el Gobierno de España, la Xunta de Galicia, la Diputación de Ourense y los concellos de O Barco, O Carballiño, Celanova, Ourense, Ribadavia, Xinzo y la Mancomunidad de Verín colaboran en distintos proyectos. Esas aportaciones suponen el 48 % del total del presupuesto. El resto de la financiación sale de las cuotas de los socios, donantes, empresas y entidades privadas además de otras iniciativas para la captación de ingresos como la tradicional venta de la lotería del Sorteo del Oro y los ingresos por servicios. Con todo, los recursos económicos serían completamente insuficientes para la labor que se desarrolla si no existiese la colaboración de los voluntarios. En Ourense son 2.719 las personas que de forma altruista complementan la labor de la plantilla, que actualmente asciende a 94 personas en la provincia. A unos y otros —destacando la dedicación de muchos trabajadores que se implican también en labores voluntarias—, envió un mensaje de agradecimiento el presidente de Cruz Roja, Felipe Ferreiro, durante la reunión en la que se aprobó el balance de actividad del pasado año.