Casi 250 gallegos retornados se reúnen en Boborás y recuerdan sus años de emigración
01 jul 2024 . Actualizado a las 05:00 h.Aunque nació en Maside, Benito Varela pasó en Venezuela más de cuatro décadas. Emigró allí como lo hacen todos, con la intención de conseguir un futuro mejor para él y para su familia. Ya retornado de nuevo en su pueblo, durante la pandemia se le ocurrió, hablando con tres amigos, que sería una buena idea reunir a los gallegos con los que compartió su día a día en el país latinoamericano. La mayoría están como él, asentados otra vez en Galicia, pero muchos todavía conservan negocios allí que les obligan a vivir entre dos tierras. De esta forma, en el 2021, Benito organizó la primera Xuntanza de Amigos Venezuela-Galicia. Este domingo tuvo lugar la tercera edición de la cita, a la que acudieron casi 250 personas. «Queríamos juntar a los que pudiésemos y al final la repuesta a la convocatoria nos desbordó. Es una tremenda alegría haberlo conseguido y ser capaces de disfrutar juntos por lo menos una vez al año», admite.
Cerca del 70 % de los retornados que participaron en el encuentro de este año, que tuvo lugar en el Pazo de Tizón, en Moldes (Boborás), son emigrantes de la provincia de Ourense. Allí compartieron anécdotas y experiencias con otros llegados de otros puntos de Galicia. «Para nosotros lo más importante es vernos y poder revivir todo lo que pasamos en Venezuela. Cuando llegas a un país extranjero, hay muchas dificultades y también añoranza. Las amistades que hicimos allí con otros que estaban en nuestra misma situación y que venían de la misma tierra, las hemos convertido directamente en familia», afirma Benito. La mayoría de los que este domingo se reunieron en Boborás ya se conocían, gracias a la Hermandad Gallega de Venezuela. «Sobre todo lo que hacemos es hablar del pasado y rememorar los buenos momentos. Nadie se acuerda de las penurias porque lo importante en la emigración es la convivencia y nosotros la tuvimos juntos y muy buena», añade el coordinador de la cita, que admite que extraña todo de su país de acogida. «Me fui recién casado. Allí nacieron mis hijos, se criaron y se profesionalizaron en sus carreras. Para nosotros Venezuela es sinónimo de nostalgia porque es el lugar que nos lo dio todo», asegura.
No se perdieron la comida los hermanos Vecoña. Manuel, Félix, Eduardo, Raúl, Julio y José emigraron a Caracas siguiendo la estela de su padre, que se fue el primero, en el año 1950. Detrás de él se marcharon sus seis hijos, uno a uno. Ninguno ha retornado de forma permanente a su tierra. Vienen en vacaciones y, por supuesto, para la Xuntanza de Amigos de Venezuela-Galicia. «Pasamos tanto tiempo aquí que es como si ya viviéramos en el pueblo de nuevo, pero todavía hay negocios que atender», dice Manuel. «Es una convivencia muy bonita porque la verdad es que sí que se dan muchos reencuentros con amigos que hace tiempo que no vemos», amplía Raúl.
Marisela Domínguez es hija de un matrimonio de Ramirás que retornó de Caracas hace ya más de una década. Ella se quedó allí, aunque ha vivido en varios países del mundo, y vuelve para visitar a su familia siempre que puede. A la Xuntanza acudió con sus padres y con sus peques. «Me parece precioso que, después de haber tenido que marcharse de su tierra, ahora regresen y sigan reuniéndose y compartiendo todo lo que vivieron y construyeron», afirma.
A la cita en Boborás también acudió el conselleiro de Emprego, Comercio e Emigración, José González. «A galeguidade únenos e debe seguir xuntándonos, fortalecendo os vínculos de unión e explorando novas vías de colaboración», afirmó. Y recordó la Estratexia Retorna Galicia, un programa con el que la Xunta está impulsando el regreso a su tierra de 30.000 gallegos que viven fuera.