Paula Ginzo: «Cuando tenía 12 años escribí en un papel que mi sueño era jugar unas olimpiadas: parece mentira, pero aquí estoy»
OURENSE

La ourensana disputará a los 26 años sus primeros Juegos Olímpicos
27 jul 2024 . Actualizado a las 09:33 h.Paula Ginzo —que nació en Santoña (Cantabria) por los destinos laborales de sus padres, pero que pronto se trasladó al Ourense que la vio crecer— lleva más de la mitad de su vida jugando al baloncesto. Ahora, a sus 26 años, es una de las doce jugadoras convocadas para representar a España en los Juegos Olímpicos de París. Será la primera vez que la joven deportista dispute este campeonato. El viernes, el conjunto nacional viajó a Francia tras finalizar la fase de preparación. La primera parada fue Lille, a dos horas de la capital francesa, donde jugarán la fase de grupos. La selección, dirigida por el gallego Miguel Méndez, pertenece a la agrupación B, por lo que se enfrentará a China, Puerto Rico y Serbia. El primer encuentro será frente al gigante asiático a las 13.30 horas del domingo (La 2). En caso de vencer los tres partidos de este período, el conjunto nacional se trasladará a la Villa Olímpica de París para disputar los partidos de cuartos.
—Será su primera vez en un torneo olímpico… ¿Cómo afronta esta oportunidad?
—La verdad es que es increíble, un sueño cumplido. Cuando era pequeña y empecé en categorías inferiores de la selección nos hicieron escribir en un papel cuál era nuestro sueño en el baloncesto. Con doce años, yo puse: jugar unas olimpiadas con la selección absoluta. Parece mentira, pero aquí estoy.
—La niña que con nueve años tenía más pasión por el tenis y por el fútbol que por el deporte que la ha visto crecer, ¿alguna vez se habría imaginado ser jugadora de la selección española de baloncesto y estar convocada para unos Juegos Olímpicos?
—Qué va, nunca. Es verdad que cuando ya entras en dinámica de categorías inferiores de la selección es tu sueño, pero es que llegan personas contadas. Nunca piensas que vayas a ser tú la afortunada o que todo lo que hagas te va a llevar a este premio. Ahora que estoy aquí, qué puedo decir, hay veces que no me lo creo. Tengo un poco el síndrome del impostor, de decir: ¿de verdad estoy yo aquí? Llegan muy pocas jugadoras. Aunque haya trabajado mucho, también hay otra gente que lo ha hecho y no ha tenido la misma suerte. Sobre todo estoy agradecida.
—En este grupo hay un alto porcentaje de representación gallega, ¿qué significa esto para usted?
—De compañeras está María Araújo y del cuerpo técnico —la fisioterapeuta, Ana Varela; el preparador físico, Jordi Aragonés, y el seleccionador Miguel Méndez— tenemos un montón de gente gallega. Levar a terriña por aí a verdade é que é marabilloso. Animo a todos los gallegos a que nos sigan.
—Ganó la plata el pasado verano en el Eurobasket, esta temporada ha ganado la Liga con el Valencia Basket y ahora está convocada para jugar en París… ¿Qué siente al llevar tantos éxitos a su espalda?
—No lo piensas. Me fastidian mucho las cosas que salen mal, entonces intento valorar mucho las que salen bien. A veces parece que vamos como en rutina, que nuestro día a día es hacer estas cosas y conseguirlas y no es verdad. Intento sentarme en casa, valorarlo de verdad y premiarme a mí misma de que está bien hecho. La plata del Eurobasket es increíble, pero en nuestro día a día no lo pensamos mucho.
—¿Cuáles son los objetivos que tiene a nivel personal?
—A nivel personal, lo que siempre nos piden es aceptar el papel que tenemos en el grupo. Al final cada una tenemos en nuestro equipo una función más protagonista que la que tenemos en la selección, lógicamente, y no es fácil adaptarse. Mi objetivo es ajustarme a lo que me pidan, hacerlo de la mejor manera posible, aprovechar los minutos que tenga y disfrutarlo, que a veces se me olvida. Como equipo ganar los partidos de grupos, si pudiéramos ganar los tres sería increíble, y pasar a cuartos.
—A nivel de preparación… ¿cómo se ve personalmente y al grupo?
—Empezamos el 14 de junio y aquí seguimos. Es una preparación larga, pero al nivel que exige el torneo. Se dice pronto, pero vamos a disputar la competición más grande del mundo, entonces es muy importante. Llevamos muchos días y muchos entrenos. Es difícil porque al final no ves a tu familia, pero es lo necesario para estar a la altura. Vamos en buen camino, pero con todo lo que conlleva, que tampoco es fácil.
—¿Y los rivales?
—Pensamos en China, Puerto Rico y Serbia y así cronológicamente. Queremos llegar, disfrutar un poco la inauguración, si podemos, y a los dos días competir al máximo nivel.
«A parte de jugadoras de baloncesto somos personas»
Ser una de las doce jugadoras convocadas para los Juegos Olímpicos de París es un sueño hecho realidad para Ginzo. Ahora, a punto de tocar suelo francés, la jugadora recuerda el momento en el que se enteró de la noticia y lanza un mensaje a todos los espectadores de este torneo deportivo.
—¿Qué fue lo primero que hizo al enterarse de que era una de las doce jugadoras convocadas?
—Llorar. Después pensé en el resto de jugadoras que no han tenido la misma suerte. De verdad que tienen el mismo nivel, no me lo merezco yo más que ellas. Valorar el momento, llorar un poco con mi compañera, que es la que me aguantó en ese momento, y después llamar a mi pareja y a mis padres.
—¿Qué mensaje le mandaría a los espectadores del campeonato?
—Nos sentimos muy afortunadas. Que la gente se acuerde de que aparte de jugadoras somos personas, que hacemos todo lo posible y lo que está en nuestra mano para competir al máximo nivel y dar todo de nosotras, con todo lo que ello conlleva. Recordar que no solo somos máquinas de jugar al baloncesto, somos personas que de verdad trabajamos mucho y es sacrificado.