Los ourensanos cimentaron su ventaja en los dos primeros cuartos
15 sep 2024 . Actualizado a las 05:00 h.El nuevo Club Ourense Baloncesto llegó por fin al Pazo para presentarse en sociedad a su afición. Lo hizo en un plácido partido, el tercero de la Copa de España, para batir al Mataró por un claro 85-64 y avanzar de paso en su puesta a punto para lo que se presume como un vibrante torneo de la Primera Federación.
Los cobistas salieron como tiros en la primera entrega de un encuentro en el que no quisieron dar lugar a la relajación ante un contrincante de la categoría inferior. Romaro Gill campó a sus anchas bajo aros y su altura fue un castigo extra para los catalanes, que claudicaban ante el potencial del pívot, que lideró en puntos y rebotes un rotundo marcador de 17-3. Santi Paz, secundó al jamaicano y los hombres de Moncho López sellaron el primer acto con una renta de 15 puntos, gestados en ese arreón inicial, sin olvidar también los réditos de una defensa aguerrida: 27-12.
No cambió demasiado la decoración en el segundo cuarto. Romaro era capitán general en el rebote defensivo, dejándose ver de nuevo en ambas canastas, y Mendikote o Martín Fernández aportaban eficacia, si bien a medida que se ampliaba la ventaja intentaban los de casa complacer a su público, gustándose en los alardes. Poco antes del ecuador del episodio, los catalanes se estrenaban en la larga distancia, frenando la sangría en un 40-20. Con todo, al plantel del Mataró le costaba producir en ataque y apenas podía aferrarse a los tiros libres para hacer la goma hasta el descanso, con un claro 46-24.
Pese a los intentos del cuadro técnico local, los ourensanos salieron más relajados y poco a poco fue decayendo el ritmo del partido. Además, Ignacio Rosa y Aanen Moody se cargaban pronto de faltas y modificaban una rotación ya diezmada por las ausencias de Ben Krikke y Samu Rodríguez, que sufrieron sendas molestias físicas en los últimos partidos de la semana. Con un 6-11, los visitantes los visitantes incrementaron su ánimo y fueron capaces de ganar el parcial del esa tercera entrega, que cerraron aún a más de veinte puntos de su rival: 64-43.
El último minipartido de diez minutos fue casi de aliño por uno y otro bando. Los colegiados se salieron de tono con una técnica a Rafa Lisboa que encrespó a la grada y las pérdidas de balón se sucedieron, sin duda propiciadas por el desliz en la concentración de los locales. Los fallos de contras fáciles evitaron una nueva brecha en el marcador, mientras que Moncho le daba bola a los más jóvenes y administraba minutos entre los hombres con mayor carga física en las últimas jornadas. Lo que se dice una cita de pretemporada, con validez oficial en el nuevo torneo.