Belén Simón, auxiliar de enfermería y maquilladora: «La piel que tiende a manchas debe protegerse del sol los 365 días del año»

María Cobas Vázquez
maría cobas OURENSE / LA VOZ

OURENSE

Belén Simón es auxiliar de enfermería y maquilladora.
Belén Simón es auxiliar de enfermería y maquilladora. Santi M. Amil

Sanitaria en el Sergas, imparte en el CHUO talleres sobre cuidados para pacientes renales

17 sep 2024 . Actualizado a las 05:00 h.

Técnico de cuidados auxiliares de enfermería, Belén Simón (1978, Nogueira de Ramuín) lleva cinco años trabajando en el servicio de Nefrología. El día a día con los —y sobre todo las— pacientes en diálisis le llevó a ser conscientes de las necesidades relativas al cuidado de la piel tras ver cómo esta se reseca en el proceso de diálisis o ante la aparición de manchas. Así que decidió aunar sus dos facetas laborales —además de sanitaria es maquilladora profesional— para impulsar un taller de cuidados y belleza para personas con enfermedad renal crónica (ERC), iniciativa para la que cuenta con el apoyo de la asociación de pacientes Alcer.

—Sabiendo lo que hace la enfermedad renal crónica en las pacientes, vi la oportunidad de ayudar desde otro punto de vista que no fuera el sanitario. Es una dolencia que machaca mucho la piel y también la autoestima, porque es un deterioro físico importante. Nuestra (porque somos un equipo) primera finalidad es que ellas se sientan más que un número de máquina y de sillón, que vean que nos importan más allá de su patología renal.

—Y surgieron los talleres de cuidados.

—Queremos que estos talleres sean un motivo de visitar el hospital para algo agradable. Abarca a todos los pacientes de ERC, tanto de la sala de crónicos como los de diálisis peritoneal, de la consulta de Nefrología del CHUO y de la fundación que hay en el Santa María Nai. También hay gente trasplantada, pero siguen perteneciendo a la gran familia que creamos ahí. Queremos que vean que nos importa cómo se sienten cuando van a una fiesta y no se encuentran a gusto en el espejo. O cuando tienen picores y se rascarían hasta arrancar la piel. Todo eso que forma parte también de la enfermedad renal nos importa y queremos ayudar en ese tema. Pero no somos dermatólogos. Ante cualquier patología, lesión o manchita tienen que acudir al médico especialista.

—Habla de los «estragos de la enfermedad renal». ¿Cuáles son?

—En la diálisis, una máquina hace la labor del riñón que no funciona y elimina el líquido que sobra en el cuerpo. Al quitarlo la piel se reseca, se deshidrata, lo que provoca mucho picor. Además, la piel sufre de hiperpigmentación derivada del tratamiento, se vuelve cetrina, oscura. Por eso es importante tener pautas de rutina y cuidado de la piel. Con los talleres queremos que ellas sepan cómo afrontar los problemas.

—¿Y cómo?

—Lo importante es una buena rutina, tanto de limpieza como de cuidado con productos adecuados. Eso centra una parte del taller y en la otra les explico los truquitos para maquillarse un día especial con lo que tienen en casa.

—Si la piel se reseca, será importante la hidratación.

—Lo primero para cualquier cuidado de la piel es una buena limpieza. Si no está limpia y no está receptiva para los productos posteriores da igual lo bueno que sea el producto porque no va a quedar el mismo resultado. Si tú no preparas la piel, no la limpias de contaminantes que puede tener, de restos de maquillaje o de otras cremas que te puedes haber dado, te pongas lo que te pongas encima no va a hacer su función. En cosmética el resultado es siempre la combinación de una buena limpieza y un buen producto unido a la constancia. Si lo haces bien solo un día tampoco vas a tener resultados. Teniendo la piel bien hidratada, tanto de la cara como del cuerpo, vas a disminuir mucho ese picor. Porque no se te va a descamar. Vas a estar reponiendo un poco, aunque sea superficialmente, esa falta de agua.

—¿Se puede luchar contra la hiperpigmentación?

—Sí. Una vez que tienes la mancha sin tratamientos invasivos como láser es difícil de eliminarla, pero sí se puede prevenir con una buena protección solar a diario. Por eso es tan importante saber elegir un buen protector, que sepan diferenciar los SPF y entre la protección de la radiación ultravioleta B y la ultravioleta A, porque es distinta y afecta de diferente manera. El mejor producto antiedad es un protector solar adecuado al tipo de piel.

—Esa frase es válida para toda la población, no solo la que tiene una enfermedad renal, ¿no?

—Sí. No solo te quemas por exponerte al sol, andamos por la calle todos los días. Radiación ultravioleta hay todos los días. Y una persona con una piel que tiende a manchas tiene que protegerse los 365 días del año. En verano tenemos más conciencia, pero en invierno parece que no hay sol ni radiación y el protector solar se nos olvida. Los pacientes renales, por la sensibilidad de su piel y por la deshidratación, tienen más riesgo de manchas y de quemaduras. Una piel con la función barrera afectada, que es lo que le pasa, siempre está más expuesta.

—¿Y en caso de quemadura también tardan más en curar?

—Sí, porque dentro de la diálisis hay pacientes diabéticos. Las defensas suelen estar bajas, entonces tardan aún más en curar. La gente de diálisis normalmente suele ser inmunodeprimida, eso quiere decir que las defensas casi siempre están bajas.

—Cara limpia y un buen protector solar.

—Los resultados se alcanzan con constancia. Buenos productos y constancia. Por muy bueno que sea un producto, si no tienes constancia, no consigues nada.

Imagen del primer taller de cuidados para pacientes con enfermedad renal crónica en la cubierta terapéutica del CHUO.
Imagen del primer taller de cuidados para pacientes con enfermedad renal crónica en la cubierta terapéutica del CHUO. Santi M. Amil

Una idea que presentará a los premios de humanización

Auxiliar de enfermería con más de veinte años de experiencia laboral, compaginó durante mucho tiempo su trabajo en el CHUO y El Carmen en Ourense hasta que decidió apostar por la pública y así poder dedicar tiempo a su faceta como maquilladora, que es una pasión que conserva desde niña. Y ahora ha podido aunarlas. «Siempre me encantó el trabajo en que puedo aportar y ayudar al paciente más allá de mis obligaciones. Eso es lo que me llena y lo que me hace acostarme todas las noches con esa sensación de gusto de decir: ‘pues mira, no era mi obligación y pude ayudar’», señala. Por eso ideó los talleres de cuidados y belleza que ayer se pusieron en marcha y que continuarán hoy. Confía en que pronto pueda haber más sesiones, porque la acogida fue tan buena que hay gente en lista de espera.

En el taller, Simón no está sola, sino que sumó a sus compañeros para hacer un equipo. Son los enfermeros Penélope Gonçalvez, Natalia Vázquez y Alfonso Alonso.

En enero planteó la idea y tuvo el apoyo inmediato de la supervisora, asegura. Y lo mismo sucedió con la jefa de Nefrología, Cristina Pérez; y la nefróloga encargada de la sala de crónicos, Elena Iglesias. En abril comenzó los contactos con los laboratorios para buscar su apoyo y empezó a informar a la gente de qué iban los talleres «y sobre todo dejarle claro que no es promocionar productos ni mucho menos vender». Lo que quiere es que los pacientes puedan probar de manera gratuita productos de calidad (y de diferentes marcas) para que decidan cuáles son mejores para su piel.

El proyecto, que cuenta con el apoyo de Alcer, no se queda ahí. Simón avanza que lo presentará a los premios de humanización convoca el área sanitaria.