El mediapunta de Baños de Molgas es el arquitecto del fútbol de ataque de los carballiñeses
16 dic 2024 . Actualizado a las 05:00 h.Gol y asistencia. Otra tarde en su oficina de Espiñedo para David Ferreiro. Contra el Real Unión de Irún, el veterano de 36 años volvió a dar muestras de lo que ya se sabía, su calidad y su clarividencia para interpretar el fútbol. Lo que quizás muchos no esperaban era que se convirtiera en un ejemplo a seguir por toda la plantilla del Arenteiro, a la vista del hambre con la que salta cada día al césped.
El de Baños de Molgas hace gala de un despliegue físico importante en la brega contra otros contrincantes mucho más jóvenes y en una formación en la que faltan muchos hombres importantes en los éxitos recientes del equipo, colabora de modo fundamental a superar en tres puntos, el rendimiento del equipo del pasado curso, a estas alturas del año. Está en el top cinco de minutos disputados entre los jugadores de campo y protagoniza chispazos como el primer gol del pasado sábado, en una volea que pocos futbolistas pueden ejecutar en esta liga.
La afición carballiñesa, acostumbrada a reclamar un balompié vistoso a su equipo, lo despide con ovaciones en cada jornada, prácticamente desde su estreno. Y jóvenes tan pujantes como el cedido Diego Gómez están creciendo a su lado de manera exponencial. Su posición, parta desde la banda o de la mediapunta es un quebradero de cabeza para los rivales, por mucho que le tengan tomada la matrícula. Así, a falta de la visita a Zamora, el Arenteiro está a un tiro de piedra de la franja del playoff de ascenso y, con el triunfo sobre el Real Union, amplió su margen de seguridad con respecto a un descenso que provocará una batalla cruel. Solo el Lugo encaja menos goles y su poder atacante es más que decente, pese a las bajas. David es maestro de ceremonias.