Bernardo Estévez reclama una campaña para reforzar el apego del consumidor por los vinos gallegos
29 abr 2020 . Actualizado a las 20:38 h.Bernardo Estévez, portavoz del sector del vino en el Sindicato Labrego Galego (SLG), es viticultor y pequeño bodeguero en Arnoia, dentro de la denominación de origen Ribeiro. La crisis sanitaria le sitúa frente al futuro incierto que también tienen por delante muchos productores de Ribeira Sacra. Explotaciones familiares que vendían sus vinos fundamentalmente en restauración y hostelería, y que por su dimensión empresarial difícilmente van a encontrar un hueco en los lineales de las grandes superficies. Los viticultores, advierte, «van precisar algo máis que permisos para poder traballar nos viñedos».
El diagnóstico de la situación que hace está en sintonía con las inquietudes que exterioriza el sector vitivinícola desde el inicio de la alarma sanitaria. Con la comercialización del vino colapsada por el cierre de la hostelería, el SLG teme una vendimia a la que muchas bodegas llegarán «cos almacéns cheos de viño sen vender». Si no se toman medidas, al cosechero le espera «a caída dos prezos e das compras de uva».
Hasta aquí el diagnóstico de la problemática que padece el sector. En cuanto a las recetas para hacerle frente, Estévez duda de la eficacia de iniciativas como Mercaproximidade en el caso de los pequeños bodegueros. Lo que más puede ayudar a estos productores, según su criterio, es «unha potente campaña publicitaria que promova o consumo de viños galegos no propio fogar» por parte de la Xunta.
Mercaproximidade es un canal de comercialización impulsado por la Xunta para contrarrestar los efectos del cierre del la hotelería y los mercados para productos del sector primaria. A la iniciativa se adhirieron importantes cadenas comerciales, pero el portavoz de esta organización agraria duda de las posibilidades de competir en los lineales del súper con vinos de otras zonas más competitivas en precios.
La competencia del súper
«De nada nos servirán as compras que se poidan facer grazas á iniciativa de Mercaproximidade se despois os consumidores non mercan viño nos supermercados e comercios, ou optan, o que é case peor, por denominacións de orixe non galegas como adoita acontecer», señala.
Al menos a medio plazo, y debido a las restricciones de espacio que se contemplan para su gradual reapertura, bares y restaurantes difícilmente darán salida a un porcentaje relevante del vino acumulado en las bodegas. De ahí que Bernardo Estévez ponga el foco en los hogares. «O consumo en hostalería vai baixar. Ten que facelo porque vai haber menos xente por local. Nun ano ou dous vai haber un cambio cara hábitos máis nórdicos, de cenas e celebracións nas casas. Ese comercio é o que ten que absorber os produtos da zona», opina.
La campaña promocional que reclama tendría como finalidad conseguir que el mayor número posible de consumidores se identifique con los productos más cercanos. «Máis que con viños, hai que vincular as persoas con territorios. Se non se crean vínculos fortes entre o produtor e o consumidor, o tecido vitícola non se vai soster polo impacto da crise», advierte.