El retablo del altar mayor de esta iglesia de A Bola necesitaba limpieza y consolidación
04 oct 2018 . Actualizado a las 05:00 h.La obra del escultor Castro Canseco (1655-1724) está muy repartida todavía por varias iglesias ourensanas, con magníficos ejemplos como el retablo del altar mayor de la iglesia conventual de Celanova o en la decoración de la capilla del Santo Cristo de la catedral de Ourense. Pero en una pequeña iglesia del municipio de A Bola, Santa Baia de Berredo, se encuentra una de sus obras que mantiene su originalidad, sin haber sido afectado por retoques o repintes que oculten el trabajo original del artista. Y para que se conserve en el mejor estado posible, el retablo está siendo objeto de una restauración que están llevando a cabo los restauradores Ana Rodríguez y Rubén Compés, de la empresa Dextra. «Castro Canseco es uno de los escultores más reconocidos que pasó por aquí. En este retablo estamos ante un barroco pleno, muy profuso y con una buena calidad de la talla», describe Ana Rodríguez. Son cuatro las tallas de este escultor que hay en el retablo del altar mayor de la iglesia de Santa Baia y que presentan motivos parecidos a los de la catedral ourensana, continúa la especialista.
Lo bueno que se han encontrado, y que desafortunadamente no es tan frecuente en nuestra provincia, es que este retablo aún tiene su policromía original, realizada con pintura al temple de huevo casi en su totalidad. El retablo necesitaba una restauración porque presentaba problemas de estructura, que ya han sido subsanados reforzando los anclajes y recolocando las piezas sueltas. También había problemas de pérdida de policromía de oro que caía en las cornisas.
La restauración ha sido posible gracias a la implicación del párroco, Emilio Casal, quien presentó el proyecto por dos veces al GDR y consiguió una parte de la financiación, quince mil euros, sin IVA, precisa, sobre un presupuesto total de 25.000 euros. El párroco afirma que costó llevarlo a cabo, pero agradece que se pueda realizar la limpieza de un retablo del que destaca que se mantiene original. Espera poder conseguir el resto del dinero para sufragar el trabajo.
Los restauradores han estado realizando la tarea más complicada, la de consolidación. Las limpieza efectuada en las zonas donde ya fue posible realizarla revela una obra «espectacular», dice Rodríguez. Han tenido que retirar algunos barnices de la parte baja del retablo, pero este de Santa Baia apenas tiene repintes. «Es una suerte, es de los pocos que quedan así. Estamos cansados de eliminarlos y a veces ni se puede. Nos encontramos con varios «ecce homos», tallas a las que han amputado la cabeza y brazos y les ponen otras de escayola, al ser tocadas por personas que se creen que puedan restaurar porque que dan clases de manualidades», lamenta la restauradora, que recuerda que estos trabajos deben ser realizados por profesionales y contar con los permisos oficiales, como es este caso.
Aquí, las tallas de Santa Baia, la de san Miguel, san Benito y san Rosendo que decoran el retablo del altar mayor de esta iglesia de Berredo -que tiene culto dominical para sus cien vecinos- están cuidadas con mimo y rigor. Algo a tener en cuenta ahora que se acerca, el 14 de octubre, el día europeo de la restauración.