En Castromil, con uno de sus dos barrios en la comunidad de Castilla y León, gran parte de los vecinos están censados en el concello de A Mezquita
17 feb 2021 . Actualizado a las 16:36 h.En el pequeño pueblo de Castromil, con un barrio en el concello ourensano de A Mezquita y otro en el municipio zamorano de Hermisende, la vida sigue igual. Teóricamente, un pequeño río y varias fincas dividen la localidad entre el lado gallego y el que, por división geográfica, pertenece a Castilla y León, separados a menos de un kilómetro. Así que allí, restricciones como un cierre perimetral pierden su sentido si se atiende a la vida diaria de sus habitantes, donde muchos de ellos son familia.
En Castromil, quien precisa comprar medicamentos se desplaza a la farmacia de A Mezquita, a menos distancia de la que hay en Lubián, ya en Zamora. Sobre el papel, los vecinos del barrio zamorano tendrían que acudir a esta última, pero ocurre que la mayoría, pese a vivir al este del pueblo, están censados en Galicia. «A metade están empadroados no noso concello, así que poden vir igual», razona Rafael Pérez, alcalde de A Mezquita por el BNG. De hecho, él mismo conduce uno de los autobuses escolares que suelen llevar a alumnos que estudian en centros educativos de A Mezquita y A Gudiña.
Los mapas
Alrededor de una decena de vecinos del barrio zamorano de Castromil están contabilizados dentro del censo del municipio gallego. Jesús González, teniente de alcalde en Hermisende, regenta una carnicería que refleja perfectamente la realidad del pueblo. «Si nos ceñimos por los mapas, el establecimiento está fuera de Galicia. Así que los vecinos del barrio gallego tendrían que ir hasta A Mezquita a comprar la carne. Pero lo normal y lo habitual es que vengan aquí, porque esto les queda a unos centenares de metros y, de hacer lo contrario, recorren unos 12 kilómetros», explica.
Y en el concello lucense de Negueira de Muñiz, que puede presumir de haber mantenido a raya al coronavirus, los vecinos han dejado de acudir a los municipios asturianos de San Antolín de Ibias o Grandas de Salime, para hacer la compra o conseguir medicinas. Para ellos, esto supone tener que desplazarse en coche durante más de una hora.