«El gallego es bilingüe como mínimo»

Luis Manuel Rodríguez González
luis m. rodríguez OURENSE / LA VOZ

ALLARIZ

Álvaro Vaquero

Miguel Ángel González se mostró orgulloso y emocionado al recibir el Premio Ourensanía

06 feb 2024 . Actualizado a las 12:57 h.

El jurado del premio Ourensanía lo tuvo claro y este año se decantó por el espíritu deportivo, en la figura del futbolista Miguel Ángel González Suárez (Ourense, 1947). Casi dos décadas en el vestuario del Real Madrid, dieciocho veces internacional absoluto y mundialista en Argentina 78 y España 82. Su palmarés como merengue es de los más brillantes del balompié patrio, con ocho Ligas, cinco Copas del Rey, una Copa de la Liga y dos Copas de la UEFA, sin olvidar el Zamora que luce en sus vitrinas.

Y con toda esa experiencia a cuestas, al arquero al que un día bautizaron como «El Gato» le tembló la voz en más de una ocasión y tuvo que reprimir sus lágrimas, a la vez que era respaldado por figuras como sus compañeros en el club blanco, Emilio Butragueño y Agustín Rodríguez, o peloteros de la talla del «Lobo» Carrasco y Juan Señor.

Desde China llegó la felicitación de Uli Stielike, a través de un mensaje videográfico que también remitieron el «Brujo» Quini, Roberto Carlos, Raúl González, Fernando Hierro, Paco Buyo, Guti Hernández, Carlos Santillana y Vicente Del Bosque, así como otro ourensano, el periodista Marco Rocha, desde la concentración del combinado nacional, que ayer jugó en Málaga.

Optó por el castellano, pese a que hace años ya participó en una campaña para promover el uso del idioma de su comunidad natal: «El gallego es bilingüe como mínimo y yo no tengo que esconder mi ideología», una frase que completó justo al final de su discurso con un vehemente «Viva Ourense, viva Galicia y viva España». Entre medias y tras agradecer la presencia de sus distinguidos compañeros de profesión, así como la del presidente de la Xunta, Alberto Núñez, o la del titular de la Deputación Provincial, José Manuel Baltar, tampoco tuvo recato en recordar que jugaba al baloncesto en O Couto, hasta que el veterano Luis Soria -presente en un extremo de la primera fila- vio en él a un futuro guardameta de fútbol.

Emotivo fue también el guiño a Luis, su nonagenario progenitor, o la loa a Pili, su esposa. «Seguimos en contacto con Ourense, aquí vengo a menudo, a cortarme el pelo, comprarme zapatos y almendrados de Allariz». La empanada de su cuñada Maribel o el marisco que le proporcionan Esther y Benito en la Illa de Arousa fueron otras de sus alusiones, unidas a su colección de arte local, con obras que van desde las de Virxilio, a Xaime Quesada, pasando por Xosé Cid (autor de la escultura que ayer recogió), Buciños y Vidal Souto, entre otros. Sin olvidar a la peña que lleva su nombre, Miguel Ángel abrió su corazón en el escenario y recordó su infancia en el desaparecido barrio del Barbaña o la Barronca. Ourensano hasta la médula.