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Del castro a la cibdá de Armea

Cándida Andaluz Corujo
c. andaluz OURENSE / LA VOZ

ALLARIZ

Agostiño Iglesias

El Concello de Allariz y la Universidad de Vigo se aliaron hace una década para rescatar uno de los yacimientos romanos más importantes de Galicia

06 ene 2022 . Actualizado a las 05:00 h.

El grupo de Estudos de Arqueoloxía, Antigüidade e Territorio de la Universidade de Vigo y el Concello de Allariz firmaron en el año 2011 un contrato de investigación para sacar a la luz los secretos del castro de Armea, en la parroquia de Santa Mariña de Augas Santas. En marzo de ese año, un vecino de la localidad, Manuel Losada, descubría una estructura pétrea bajo el suelo de un bosque de carballo a escasos 300 metros del castro, en el denominado Monte do Señorino. Este fue el germen de unos trabajos que cumplen una década y que desde el 2015 se ha convertido en un convenio específico entre ambas administraciones para sacar a la luz uno de los más importantes yacimientos arqueológicos romanos de Galicia y convertirlo en uno de los principales atractivos de la villa: la cibdá de Armea.

Desde entonces, y de forma anual, se han realizado campañas de excavaciones —a las que se sumó en el 2020 la Xunta— que han convertido el castro en una ciudad romana de más de cuatro hectáreas, dejando piezas únicas que se conservan en el Museo Arqueolóxico Provincial. Todo este trabajo ha sido recogido en el libro titulado Armea, 10 años de actuación sobre o patrimonio cultural como de desenvolvemento rural, coordinado por Marta Lago (conservadora del proyecto Armea) y María López (del Concello de Allariz); y en unas jornadas en las que participaron todas aquellas personas —arqueólogos, historiadores o representantes municipales— que pusieron su grano de arena. Hay otro nombre propio sin el que no se entendería el proyecto. Es la base para que la Universidad y el Concello pensaran en la importancia de la colaboración: el arqueólogo Francisco Conde-Valvís. El investigador, nacido en 1899 en Vilaverde, Allariz, excavó en los años 50 del pasado siglo en la finca de Atalaia (conocida como A Igrexa) tapando después los restos. Sin embargo, llegó a publicar en 1959, en la revista Guimarães, el artículo Dos villas romanas en la cibdá de Armea. De su trabajo en esta zona dan cuenta, además, las fotografías realizas por él que hoy se guardan en el Museo Arqueolóxico Provincial— y que abarcan desde los años 20 hasta los 60 del pasado siglo relacionadas con el conjunto arqueológico de Armea, con testimonios tanto de los trabajos como de los objetos aparecidos. Él y su padre descubrieron varios de los vestigios más importantes de Armea, como los dos torsos de guerreros, las cabezas cortadas y un conjunto de elementos decorativos pétreos. Algunos de sus hallazgos fueron enterrados, hasta que dio comienzo del Proyecto Armea, hace diez años.

Además de la parte histórica, el proyecto de Armea nació con otro objetivo. El de desarrollar su entorno, el del núcleo de Santa Mariña de Augas Santas, para transformarlo en un foco de atracción cultural, como se describe en el libro de aniversario. Así, se ha involucrado a los propios vecinos, con charlas y visitas, para que se sientan protagonistas y protectores de este bien cultural.

Además de los restos, uno de los elementos patrimoniales más importantes del conjunto es la Basílica de la Ascensión-Forno da Santa, monumento histórico artístico desde 1963. Tampoco se puede disociar la cibdá de Armea del núcleo de Santa Mariña de Augas Santas, monumento histórico artístico desde 1931. Ambos eran el 2011 las únicas pistas a la vista de que en ese lugar existían importantes restos arqueológicos.

Los trabajos desarrollados en esta década permiten, entre otras cosas, que el conjunto esté señalizado y que la cibdá de Armea sea visible y visitable. Además, se conoce su extensión, la cronología o sus usos.

Los terrenos por los que se extiende el conjunto pasaron de ser fincas abandonadas a ser un lugar protegido, consiguiendo el Concello que muchas fincas pasaran a ser de su propiedad. Caso del de la finca Atalia, donde se llevaron a cabo la mayor parte de las intervenciones arqueológicas que hoy es de propiedad municipal. Además, varios vecinos cedieron sus fincas colindantes para su excavación, al igual que la casa romana de Monte Señorino. Explican en el resumen de las actuaciones, recogidas en el libro editado por la Universidad de Vigo, que esta vivienda excavada entre los años 2011 y 2013 se pudo incluir como elemento patrimonial del conjunto.

En resumen, los diez años de trabajo en este yacimiento, que proseguirán en el futuro, consiguieron aumentar la protección del yacimiento y generar un aumento progresivo de su valor, creando otros nuevos como el educativo, el social o el económico de un bien enterrado durante años.