San Benito congregó a cientos de fieles: «Vimos cada ano, non podemos faltar»

ALLARIZ




































En los exteriores de la ermita de Cova do Lobo se celebraron misas toda la jornada
11 jul 2023 . Actualizado a las 20:57 h.Es una de la citas festivas más importantes de la provincia en el inicio del verano. El 11 de julio se celebra San Benito y en multitud de parroquias ourensanas viven actos religiosos en su honor. Atrás quedaron los años de la pandemia y cientos de fieles acompañaron a la imagen en procesión en lugares como Allariz, Cartelle, Souto (Cea) o Cuñas (Cenlle), localidades que cerraron este martes varios días de fiestas.
Pero si hay un lugar que cada año se llena de fieles el 11 de julio ese es la ermita de Cova do Lobo, en el concello de Barbadás. Desde primera hora de la mañana cientos de fieles se acercaron colapsando las entradas y salidas, aunque se establecieron vías de un solo sentido para evitar taponamientos. Voluntarios de Protección Civil se encargaron de controlar el tráfico mientras en el exterior de la ermita se celebraba cada hora, mañana y tarde, una misa. «Vimos cada ano, non podemos faltar. Temos moita devoción ó santo», explica una mujer mientras enciende una vela que deja a las puertas de la ermita. En su mano lleva otra con forma de cuerpo humano. «Agora imos escoitar a misa e trala bendición do cura entraremos para deixala e pasar o pano ó santo», explica sobre la dinámica que hay que seguir para obtener la ayuda de san Benito. Relata que le duelen mucho los huesos y que cualquier ayuda es buena, aunque la mayor parte de los fieles que acuden piden por la curación de protuberancias cutáneas, verrugas, granos o pequeños bultos. En fila, con orden y en silencio, decenas de personas fueron pasando por delante de la imagen frotando un pañuelo sobre ella. El mismo que usarán para limpiar las zonas afectadas.

De forma paralela a la romería religiosa, el entorno de la ermita se llenó de puestos de venta, no solo de velas (al precio de un euro), sino de productos textiles o de alimentación, como pan o las tradicionales rosquillas. Para aquellos que aprovecharon la festividad para vivir una jornada campestre hubo puestos de pulpo y de churrasco, que se podían degustar bajo amplias carpas. «De momento no hay mucha gente, desde la pandemia bajó un poco, pero muchos vienen por la tarde, ya que tienen que trabajar», comentaba una vendedora. También sirvió para que los lugareños dieran la bienvenida a aquellos que regresan a su tierra en verano. «Cuando pensamos en una fecha, siempre decimos: vamos por San Benito», afirma una mujer ourensana que reside en Barcelona.