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Hay un lugar en Allariz en el que combinan el vino y el arte

María Doallo Freire
María Doallo OURENSE

ALLARIZ

María, en su bar, la vinoteca A Micalla de Allariz
María, en su bar, la vinoteca A Micalla de Allariz Ainara Rodríguez

A Micalla es una vinoteca situada en la Plaza Mayor alaricana, en la que se exponen obras y siempre suena buena música

15 ago 2023 . Actualizado a las 22:30 h.

María Losada tenía poco más de 25 años cuando vio que era el momento de apostar por un proyecto propio y se quedó con A Micalla, una vinoteca situada en la Plaza Mayor de Allariz. «Lo abrieron unos amigos y empecé a trabajar con ellos, pero al poco tiempo decidieron cambiar el rumbo de sus vidas e irse fuera de España y me lo quedé yo», dice. «La verdad es que fue arriesgado porque cuando comencé no sabía ni dónde estaba La Rioja, pero sí tenía claro el proyecto que quería, lo que me apetecía que fuese este lugar para Allariz», confiesa. Así, cuando terminaban los noventa, María se convirtió en hostelera con bar propio.

Como vinoteca, A Micalla es un referente en la villa. Actualmente trabajan con cerca de doscientas referencias de caldos que se cultivan en distintos puntos de todo el país. En este local alaricano es posible acompañar la bebida con gastronomía local. Tienen una pequeña carta en la que destaca su oferta de quesos y embutidos gallegos. También trabajan las conservas y las tostas. Preparan una de micuit de pato con mermelada de arándanos, una de salmón ahumado con crema de queso y una de sardina ahumada con aceite de oliva, entre muchas otras.

No solo hay vino. María siempre quiso conseguir hacer de su bar un punto de encuentro. «El vino es nuestra mayor fuente de ingresos, pero este es un sitio perfecto para quedarse. Aquí puedes tomarte un vermú y disfrutar de un pincho o venir al café y acabar viendo una exposición», afirma. A Micalla es un local moderno, de techos altos y con mucho estilo. De hecho, cambia de aspecto cada cierto tiempo porque a María no le gusta estancarse y renueva la estética del bar cada poco. Por eso siempre parece a estrenar. Está salpicado de obras en los diferentes espacios que propone para tomar algo, ya que tiene mesas altas, bajas y también terraza. «Uno de nuestros emblemas es el ‘Perro Franco', de Xoán Torres», dice María. Habla de una escultura de un can cuya cara es la del dictador español. También hay fotografía expuesta y buena música siempre sonando.

El artista Jorge Varela expone parte de su obra en A Micalla
El artista Jorge Varela expone parte de su obra en A Micalla Ainara Rodríguez

El lado más artístico

De la parte más artística se encarga la pareja de María, el autor alaricano Jorge Varela. «Mi trabajo en la actualidad es una mezcla entre la escultura y la escritura. Esta va aportando a las formas que voy haciendo y las formas van incrementando texto a lo que hago», dice. Produce de forma propia, en su taller en Allariz, y también por encargo. En este momento sus piezas pueden observarse en el Centro de Arte Oliva, en el municipio portugués de San Joao de Madeira, y también en A Micalla, donde una de sus piezas es el emblema de la casa. En una de las paredes del local hay una escultura que ensalza el lenguaje de signos. La obra está compuesta por la réplica de siete manos, cada una de ellas marca una letra del nombre del bar. «Queríamos que fuese una pieza decorativa pero a la vez original y muy personal», afirma Jorge, quien comprobó el alfabeto dactilográfico para representar cada una de las letras.

El estilo de Jorge es flexible y muy amplio. Trabaja el cemento y la cerámica y está siempre dispuesto a la experimentación. Combina su faceta artística con ayudar a su chica en la vinoteca los fines de semana. «Es un negocio muy conocido en Allariz precisamente porque está regentado con mucho mimo, así que ella sabe que siempre cuenta conmigo», dice.

El vino joven

El público de A Micalla es variado y muy amplio. «Tenemos muchos clientes apasionados por el mundo del vino y luego otros que vienen porque quieren adentrarse en él. Creo que muchas veces lo asociamos con personas mayores y sin embargo aquí rompemos un poco con ese cliché. Estamos consiguiendo que la gente joven se incorpore también a esta bebida», explica. En el bar alaricano siempre están dispuestos a recomendar un blanco o un tinto para cada ocasión. «Los tenemos desde muy frescos y fáciles de beber, hasta algunos mucho más untuosos e importantes. El tema con el vino es ir probando poco a poco», añade.

Han pasado casi otros 25 años desde que María abrió el local y la verdad es que la hostelera alaricana tiene claro que aquí está su sitio. «Hemos pasado por diferentes etapas, pero lo cierto es que el balance que hago hoy en día es muy positivo. Las expectativas que tenía para este negocio se han cumplido y espero que quede A Micalla para muchos años más», concluye.