Una peluquera de Allariz diseña sus propios productos con ayuda de una amiga química
ALLARIZ
Elena Aranburu trabaja con ingredientes naturales y es experta en tratamientos de barro que fortalecen y nutren el cabello
14 nov 2024 . Actualizado a las 05:00 h.A Elena Aranburu le pasa lo mismo que a muchos otros vecinos de Allariz. Por sus venas corre sangre gallega y también vasca. Su padre, natural del municipio alaricano, emigró a Ermua (Vizcaya) y allí se casó con la madre de Elena. Dicen que la tierra tira y en el caso de esta peluquera fue lo que ocurrió. «He pasado en el pueblo todos los veranos de mi vida y mi gran ilusión siempre fue mudarme aquí», explica. Hizo realidad su sueño en el 2006. Se trasladó con su familia del País Vasco a Allariz y abrió su propio salón, Helen Aranburu Hair, en la calle Emilia Pardo Bazán. «He tenido muchísima suerte y la verdad es que desde el primer día sentí el apoyo y el cariño de mis clientas», asegura.
El negocio funciona de maravilla y no es para menos. Elena tiene más de tres décadas de experiencia en el sector a sus espaldas. «Empecé con 16 añitos y la verdad es que este trabajo es mi vida, siempre me encantó. Le pongo muchísima ilusión y pasión y me esfuerzo por estar al día de todos los avances, especialmente en lo que respecta al cuidado natural del cabello», afirma. La peluquera apuesta por tratamientos y servicios alternativos a los convencionales, que no utilicen amoníacos ni parabenos. Por este motivo aplica una coloración vegana y no hace alisados ni permanentes.
Su servicio estrella son los barros, que elabora ella misma. «Hemos creado nuestra propia marca, que se llama Ecobiotza. Lo que hacemos es mezclar unas tierras tipo henna con los compuestos de varias plantas para que les aporten propiedades», explica. «Gracias a la ayuda de una amiga que es química, conseguí incorporarles también aguas termales. Infusionamos ese barro, utilizando hierbas como la ortiga, el romero, el eucalipto... y muchas más, que ayudan a la prevención de la caída del cabello, y así conseguimos una pasta que posteriormente aplicamos en el pelo con un masaje», añade Elena. Este tratamiento está recomendado para todo tipo de clientas. Hay dos barros diferentes, los que tienen la finalidad de relajar e hidratar y los que además cubren las canas y aportan luminosidad. «Es un tratamiento perfecto para pacientes que estén recibiendo quimioterapia porque además de relajar, ayuda a estimular y a fortalecer el folículo y engrosa el cabello», cuenta la peluquera. Brillo, cuerpo, intensidad e hidratación son algunos de los beneficios para el pelo que tienen los barros, que Elena recomienda aplicarse cada mes y medio. «Es un tratamiento terapéutico que sienta de maravilla», afirma.
Elena está tan concienciada con el cuidado natural que hasta elabora ella misma los champús sólidos que utiliza con muchas de sus clientas. «Soy una persona muy curiosa y bastante lanzada. Los hacemos con glicerina y diferentes plantas», explica. Los domingos, su único día libre, organiza talleres en su salón en los que enseña a hacer estos y otros productos.