Después de pasar por Barcelona e Indonesia, la pamplonesa Nora Nebreda acaba de abrir su propio estudio y taller en Abruciños
08 jul 2021 . Actualizado a las 05:00 h.La llegada de la pandemia cogió a la ceramista Nora Nebreda (Pamplona, 1988) en mitad del sudeste asiático. La intención era recorrerse toda la zona, pero el covid la atrapó, junto a su novio, el madrileño Urko Escutia, en Indonesia. Se quedaron un año rodeados de selva y decidieron que, a su vuelta a España, por nada del mundo renunciarían a la naturaleza. La opción escogida para mudarse fue la aldea de Abruciños, en Amoeiro. «Tenía muchas ganas de establecerme en el rural, de apagar la prisa y de estar siempre rodeada de verde», dice Nora. Antes de Indonesia, llevaba doce años viviendo en Barcelona, donde estudió Bellas Artes y se especializó en cerámica artística, además de trabajar en distintos talleres. Entonces, vio que era el momento de parar y de montar algo más personal. Por eso, frente a su casa en Abruciños, acaba de abrir el estudio None Cerámica, un espacio en el que crea sus propias piezas y también imparte talleres a otros. Una escuela para todos los públicos, incluidos los más pequeños de la casa. «Me gustaría que la cerámica llegase a todo el mundo», admite. Por eso ya está trabajando en la organización de cursos en colaboración con distintos centros cívicos o asociaciones de vecinos de la provincia. Para los fines de semana de agosto propone talleres intensivos de torno: «Creo que son también una oportunidad para hacer una excursión al rural ourensano y desconectar del mundo en general».
«La cerámica me encanta por mil motivos. Es una técnica que requiere de mucha concentración, que nos obliga a olvidarnos de nuestros problemas, y además es accesible para todo el mundo. Con un poco de paciencia y un poco de creatividad se hacen cosas muy muy bonitas», dice esta pamplonica. Lo que más le gusta del barro es que permite hacer objetos que van de lo más utilitario a lo más artístico, desde un bol para el desayuno a una cocción africana de lo más primitivo. Nora enseña cerámica, pero también la practica, claro. Ella misma describe sus piezas como contemporáneas: «Todas tienen un toque moderno, ya sean tazas, jarrones o esculturas artísticas». Juega a incrustarles sus propias ilustraciones y a mezclar distintas técnicas para crear diseños siempre nuevos y originales. Con ellos participa en ferias y encuentros de artesanos, de hecho sus macetas con patas, pocillos con nariz o tazas con tapita para infusionar el té, podrán encontrarse este sábado en el mercadillo de creadores de Mur Marxinal, en la capital ourensana.