Una investigación señala a Avión como máximo exponente de los hórreos de Galicia
AVIÓN
El concello ourensano conserva el mayor número de conjuntos de canastros de la comunidad, con más de un millar repartidos en 97 campos
26 abr 2025 . Actualizado a las 05:00 h.El concello ourensano de Avión es uno de los mayores exponentes de los hórreos de Galicia. Una investigación minuciosa y de campo registró cada una de las tradicionales construcciones, concluyendo que en este municipio se encuentra el número más alto de agrupaciones de canastros de toda la comunidad. Así lo recoge Antonio Doval Adán, del departamento de Geografía de la Universidad de Santiago de Compostela. Más de un millar de cabaceiros se agrupan en 97 campos. No solo tiene valor la cantidad sino también su buen estado de conservación, al predominar las estructuras de piedra.
El profesor de la USC empezó la investigación porque detectó que Avión, pese a su gran riqueza patrimonial, era un gran desconocido. «Sorprendinme ata eu mesmo das cifras de canastros que rexistramos», confiesa Antonio Doval. La publicación Hórreos y canastros en el municipios ourensano de Avión es el resultado de un detallado trabajo de campo en el que se emplearon todos los recursos del Instituto Xeográfico Nacional. Doval visitó los 36 núcleos de población del concello para localizar cada hórreo y cotejar la información. «Foi moi importante o uso de fotografía aérea para conseguir localizar canastros que hoxe xa non se ven porque están cubertos de maleza», explica.
Contabilizó un total de 1.057 hórreos. A mediados del siglo XX, hubo al menos 117 más, pero fueron expoliados o retirados de su lugar en los últimos sesenta años. De ese millar, 765 están agrupados en 97 campos. Los últimos datos sobre estas construcciones eran los del Plan de Ordenación Municipal, del año 2007, que enumeraba un total de 37 agrupaciones. Esas cifras tenían claras deficiencias y con la investigación de Antonio Doval se conoce por primera vez el gran volumen de hórreos de Avión. «É o concello co maior número de agrupacións de canastros de Galicia», concluye. Además, una treintena de conjuntos son auténticos, están su lugar de construcción original: «É unha das cousas que máis me sorprendeu, é novo dentro da provincia».
La agrupaciones varían en número de canastros, desde apenas tres o cuatro construcciones hasta más de una veintena. Unos diez conjuntos tienen más de veinte hórreos. El mayor grupo de cabaceiros de Galicia se encuentra en la localidad ourensana de A Merca, con 34 edificaciones. Aunque en ese caso no se encuentran en su lugar original. En el municipio de Avión, destaca el núcleo de Abelenda. Hay 114 canastros, de los 108 están agrupados en cinco grandes conjuntos. Suponen casi el 11 % de todo el territorio. También sobresale Barroso, con 77, de los que 53 están agrupados. Córcores suma 68, Beresmo tiene 56 y Liñares alcanza los 55. Son las localidades más relevantes. La mayor agrupación de canastros es la de O Prado, en Barroso, con un total de 28.
En el municipio se diferencian dos zonas. En la parte más montañosa y afectada por un clima más duro, hay un mayor número de canastros ya que se construyeron íntegramente de piedra para que fueran más resistentes. En la parte más baja afectó más el paso del tiempo, al edificarse con materiales más débiles como la madera. El 73% de los hórreos de Avión fueron construidos entre los siglos XVII y XIX. El resto pertenecen al siglo XX. La mitad de los que se conservan mantienen un buen estado, con la estructura todavía estable. Predomina la piedra tanto en el propio cuerpo, como en las traviesas o la cubierta. Aunque todos los hórreos existentes son visitables, más de un 30% necesitan ser restaurados con urgencia y un 15 % presenta un estado ruinoso.
«A súa conservación serve para transmitir a expresión cultural dun pobo»
Las cifras de la investigación de Antonio Doval explican un sistema productivo y una economía rural de autoconsumo. La comarca de O Ribeiro es representativa del empleo de hórreos para guardar el cultivo de maíz. El número de agrupaciones tiene que ver con la riqueza de los habitantes de la zona. Las casas grandes contaban con un canastro en su propio terreno, pero la mayoría de la población no disponía de espacio físico y recurría a campos públicos. Situaban los canastros en tierras comunales empleadas para mallar y secar productos. Mantenían el centro libre y los colocaban en las esquinas. Los vecinos respetaban ese espacio como de su propiedad mientas se conservase el hórreo.
El investigador Doval espera que el estudio sirva para que las diferentes administraciones apuesten por proteger este patrimonio etnológico. Sobre todo teniendo en cuenta el atractivo que sería para Avión. «A súa conservación serve para transmitir ás futuras xeracións a transcendencia das expresións culturais dun pobo e das súas comunidades, capaces de facer realidade un fenómeno construtivo», defiende. Los hórreos desempeñaron una función crucial en todo el medio rural de Galicia, por lo que son una muestra de la historia.