«Retaguardia», que compite en el Festival de Cine de Gijón, recrea la posible propaganda del gobierno liderado por Belarmino Tomás, de la que no se tiene constancia real porque nunca fue filmada o ha desaparecido
18 nov 2024 . Actualizado a las 18:01 h.La falta de películas sobre el Gobierno republicano de Asturias en 1937 ha llevado al director Ramón Lluís Bande a componer «Retaguardia», un «documental especulativo» sobre «el cine que nunca existió, pero podría haber existido», que compite en la sección oficial Albar del Festival Internacional de Cine de Gijón, dedicada a cineastas reconocidos.
El filme, compuesto principalmente por imágenes fijas de archivo, es una hipótesis sobre cómo hubiera sido la propaganda del gobierno liderado por Belarmino Tomás, que en 1937 declaró la independencia de la región de Asturias y León, de la que no se tiene constancia real porque nunca fue filmada o ha desaparecido.
«Retaguardia» es la última película del director asturiano y la primera en la que incorpora elementos de ficción, tras una carrera como documentalista en la que también abordó temas de Asturias como «El fulgor», «El paisano», «Un retratu colectivu», «Equi y n’otru tiempo», «El nome de los árboles» y «Vida vaquera».
Bande ha rechazado que sea una película de ficción, aunque reconoció que «es la más juguetona», en la que tuvo mayor libertad creativa y que identifica como »un documental especulativo». «Es pura especulación sobre evidencias posibles de ese cine que nunca existió pero podría haber existido», ha destacado en la rueda de prensa que ofreció este lunes tras el pase del largometraje en el festival.
El cineasta ha explicado que al no hallar imágenes en movimiento sobre los acontecimientos que llevaron a Belarmino Tomás a desobedecer la llamada a la unidad del presidente Largo Caballero, pensó cómo podría haber sido la propaganda de la República Asturiana, cuya independencia duró 57 días en 1937.
«Durante la Guerra Civil, Asturias siempre fue tratada como una nota a pie de página de algo mayor, y en este caso la independencia fue considerada como una aventura cantonalista y Tomás fue considerado un traidor», ha explicado.
Bande ha dicho haber trabajado con una «gran libertad» y que abordó esta película desde el origen del lenguaje cinematográfico, como si el cine no se hubiera inventado todavía, para «plantear un movimiento estático».
Ha explicado que se basó en la teoría de que dos imágenes fijas, una a continuación de la otra, necesariamente llevan a una tercera que «está en la cabeza del espectador» y que ha buscado potenciar el «diálogo» entre lo que se ve en la pantalla y el sonido, de voces y de una música original. Esta relación entre imágenes fijas que se suceden y un sonido especialmente evocador «provoca otra dialéctica y llevan la película a otro sitio», ha destacado el director.
Bande ha opinado que el llamado nuevo cine asturiano ha evolucionado desde una primera etapa de «nostalgia pesimista de cazadores de crepúsculos», que muestran a Asturias como un mundo condenado a desaparecer con temáticas como los últimos mineros o los últimos aldeanos, hacia obras más optimistas centradas en el territorio.
Ha añadido que intenta hacer películas desde una «mirada descolonizadora» para mostrar Asturias desde la perspectiva de la «preocupación, pero también como una herramienta de futuro».
El cineasta asturiano está trabajando en un proyecto de ficción pura, sobre la historia real de Joselito, que estuvo huido y refugiado en los montes de Tineo tras haber asesinado a su hermano, aunque no sabe si finalmente va a rodarse porque cada tanto le seduce la idea de la no realidad pero siempre vuelve al documental, informa Efe.