Las vías ourensanas esperan a que se armonice la señalización de velocidad

Maite Rodríguez Vázquez
maite rodríguez OURENSE / LA VOZ-

BOBORÁS

Santi M. Amil

La DGT propone reducir el límite máximo a 90 km/h en las carreteras secundarias

19 may 2018 . Actualizado a las 17:00 h.

Algunos tramos de carreteras secundarias de la provincia de Ourense ya lucen señales limitadoras de máximo de 90 km/hora. Todavía sin aprobar y en fase de estudio está la reforma de la nueva Ley de Tráfico, en la que la DGT propone, según dio a conocer su director Gregorio Serrano, una reducción generalizada a noventa por hora del límite genérico de 100 km/h para las vías secundarias con arcén de más de metro y medio de ancho. El objetivo de bajar la velocidad en este tipo de carreteras sería tanto reducir el número de accidentes -siguen siendo las vías con mayor número de siniestros mortales o graves- y clarificar los límites y la señalización, que en algunos lugares es excesiva, con continuos cambios de velocidades permitidas a veces en pocos metros.

Las administraciones titulares de las vías aún no han movido ficha oficialmente a la espera de que se materialice el cambio legislativo. Fuentes de la Xunta comentaron que en las carreteras autonómicas de la provincia de Ourense no se ha adoptado un cambio de señalización. No obstante, algunas de las carreteras de titularidad autonómica, como la OU-540 o la OU-531, ya tienen señales de limitación máxima a 90 km/hora en puntos concretos, como salidas de poblaciones -en O Cristal, en el primer caso y en O Pambre, en el segundo - que conviven con la limitación genérica de 100 km/h que aparece señalizada poco después.

Desde la DGT en Ourense, el jefe provincial de Tráfico, David Llorente, opina que reducir el límite genérico de 100 a 90 por hora ayudaría a «armonizar la señalización en vías secundarias». De esta manera, explica, al igual que todo el mundo sabe que en las autovías el tope está en 120 km/hora, se interiorizaría que en las vías convencionales el límite está en noventa. Además, en su opinión, estaría bien fijar tres límites claros. El de noventa como máximo genérico, el de 50 km/ hora para trechos urbanos y el de 70 km/ hora para zonas intermedias.

Actualmente en muchas carreteras se observa una proliferación de señales que no ayuda al tráfico y puede generar confusión. Junto con señales de máximo de cien, aparecen tramos a 90 km/h en diversos puntos, pero también conviven estas con señales antiguas de limitaciones a ochenta o sesenta por hora que no se quitaron.

La propuesta que vuelve a poner sobre la palestra la DGT para incluirla en la próxima Ley de Tráfico no es nueva. Ya en el 2011 se intentó hacer un cambio en el reglamento de circulación, con un borrador que establecía una rebaja de cien a noventa por hora en aquellas carreteras que tuviesen al menos 6,5 metros de ancho de vía. Actualmente, la limitación de cien por hora se admite en vías secundarias que tienen un arcén de metro y medio de ancho, una normativa que solo existe en España como criterio para fijar velocidades máximas por tipo de vía.

Aquella propuesta no salió adelante. La que está estudiando ahora tampoco sería taxativa. Según anunció el director general Gregorio Serrano en el foro Planeta Vial celebrado el mes pasado, se permitiría que los titulares de la carretera aumentasen ese límite genérico de 90 km/hora «si el trazado es seguro y la vía está bien conservada».

La velocidad inadecuada es el segundo factor que causa más accidentes graves. Está presente en uno de cada cuatro casos, según el Balance de Seguridad Vial 2017 de la DGT. Fue la causa principal en el 26 % de los siniestros. A ello se une el dato de que la gran mayoría de los accidentes, un 77 % en España y un 81 %, si nos centramos en Galicia, tienen lugar en carreteras convencionales. En Ourense murieron siete personas el año pasado en carretera, a los que se sumaron dos atropellos urbanos. Uno de los siniestros mortales ocurrió en la AG-53, en Punxín.

Dos nuevas cabinas de radar, instaladas pero no operativas, en la AG-53 y la N-541

La Dirección General de Tráfico ha instalado dos nuevas cabina de radar en las carreteras de la provincia. Una se colocó en la AG-53 (autovía Ourense-Santiago) en el punto kilométrico 71, en sentido Ourense. Otro de los aparatos se situó en la N-541 (Ourense-Pontevedra), antes de la travesía de Godás do Río, en el límite municipal de O Carballiño con Boborás. Los aparatos aún no están operativos. Se eligieron para estas cabinas los modelos que la DGT denomina «pajareras» por su parecida forma a este tipo de habitáculos.

Cuarenta y cuatro aparatos

Actualmente, Tráfico tiene instalados siete radares fijos en la A-52, a su paso por la provincia de Ourense; siete en la N-120 -dos fijos y cinco móviles- y uno en la N-120 antigua; seis cabinas más hay en la N-525, uno de ellos un radar de tramo entre Ourense y Gustei. Los radares móviles también se encuentran repartidos en distintas vías secundarias, hasta con catorce cabinas. Una fija sigue presente en la OU-540. En total, una lista de 44 aparatos para controlar que los conductores no sobrepasen los límites de velocidad establecidos en cada uno de los tramos en los que están instalados.