Los antiguos molinos de Ourense, volver al pasado siguiendo la orilla del río

CARBALLEDA DE AVIA

Conjuntos de estas construcciones de piedra perviven en sendas fluviales por toda la provincia
25 may 2025 . Actualizado a las 05:00 h.El medio natural define la etnografía de un lugar. Paseando por las orillas de los numerosos ríos que bañan Ourense se puede descubrir un modo de vida. Conjuntos de molinos perviven en sendas fluviales como los testigos de la economía de subsistencia de los habitantes del rural. Las construcciones de piedra aprovechaban la fuerza del agua para moler el trigo y el maíz. Algunos cayeron en el abandono pero otros todavía conservan las originarias ruedas o incluso fueron restaurados para conservar su historia. Aunque ya no tienen uso, ahora forman parte de enclaves naturales y rutas fluviales con historia.
O RIBEIRO

Veronza. Entre los cientos de molinos que se esparcen por los ríos de Ourense, los de A Veronza, en Carballeda de Avia, se diferencian por enclavarse entre enormes rocas, en un paraje natural único. Se accede desde la aldea de A Veronza, adentrándose en una muestra de bosque autóctono y cascadas. Hay un conjunto de cinco molinos, de los que dos aún funcionan. Uno de ellos se diferencia por haber sido un aserradero utilizado por los vecinos hasta la primera mitad del siglo XX. La boca del canal es distinta a las del resto. En el entorno de estas antiguas construcciones se acondicionó un área recreativa con mesas, lo que rememora cuando los molinos no solo eran un lugar donde producir sino también de comunidad.
OURENSE
Río Grañal. La fuerza del río Grañal fue aprovechada históricamente por los vecinos del concello de Esgos y todavía se conserva un conjunto de nueve grandes molinos. Laioso, A Boadela, Tarreirigo y Pontepedriña son algunos de los nombres que antiguamente se le pusieron. La ruta más larga para visitar esos inmuebles de piedra sale desde Esgos y son unos siete kilómetros lineales. También se puede acceder desde el área recreativa de Laioso o desde la de Tarreirigo. En estas zonas de descanso entre árboles se pueden ver las originales presas que abastecían el canal de los molinos.
A BAIXA LIMIA

Vilameá. En O Xurés se encuentran los molinos de Vilameá, un conjunto de 12 construcciones que se puede visitar en una ruta de menos de 2 kilómetros. Están en el concello de Lobios, en la aldea que les da nombre. Van apareciendo al margen del río, están señalizados y acondicionados para que, aunque estén en ruinas, se pueda acceder al interior y ver la antigua maquinaria. El recorrido tiene más tesoros etnográficos como un sistema de canalización o una albariza. Además, pasa por las pozas de Vilameá, ideales para un baño.

Río Loña. Cerca de la ciudad de Ourense y en una de las entradas de la Ribeira Sacra, en O Pereiro de Aguiar, hay un grupo de cinco molinos visitables a la orilla del río Loña. Una intensa huella humana por la gran actividad que tuvo esta ingeniería hidráulica mantiene varias presas de piedra a lo largo del cauce y un camino circular de 11 kilómetros, y otro más largo de 15, para ir descubriendo estas grandes construcciones de piedra perfectamente señalizadas. El recorrido empieza junto al embalse de Cachamuíña y termina en el área recreativa de Loñoá.
O CARBALLIÑO

Río Arenteiro. El parque etnográfico del río Arenteiro es una parada obligatoria para conocer el funcionamiento de los antiguos molinos. Dos de estas construcciones fueron rehabilitadas, una como restaurante, el Muíño das Lousas, y otra como museo, el Muíño do Anxo, donde se puede conocer cómo se trabajaba con el agua como recurso económico y también la casa de su antiguo responsable. Se encuentra en una gran zona verde de 32 hectáreas.