Las lluvias de comienzos del 2020 dejaron las reservas por encima de lo habitual
26 jul 2020 . Actualizado a las 13:44 h.Desde el pasado octubre -en el que comienza el año hidrológico- la precipitación acumulada media en la provincia de Ourense fue de 1.200,5 litros por metro cuadrado, un 14 % por encima de la media histórica y un 19 % más que el año pasado por las mismas fechas. Mensualmente pueden destacarse enero, febrero, mayo y junio como secos, y noviembre, diciembre, marzo y abril, como húmedos.
La lluvia del otoño y la primavera trajo consigo que los embalses de la provincia estén bastante llenos para esta época del año. La semana pasada rozaban de media el 79 % de su capacidad máxima y este sábado superaban el 76 %. Aunque la cantidad de agua embalsada ha disminuido en una semana, todavía está diez puntos por encima de julio del 2019, cuando alcanzaban el 69 %. Así las cosas, todo hace prever que no habrá problemas de abastecimiento este verano en aquellos lugares donde el agua está regulada.
Los últimos datos reflejan llenados de hasta un 92 % en el embalse de Santo Esteban en el concello de Nogueira de Ramuín. Le siguen en cuanto a capacidad acumulada el de Castrelo de Miño, que está al 87 %; el de Frieira, en Padrenda, al 86 %; y el de Velle, en la capital ourensana, que alcanza un llenado del 84 %. Le siguen el de Prada en A Veiga, el de As Portas, en Vilariño de Conso, y el de As Conchas en Lobeira, todos por encima del 70 %.
Los embalses ourensanos con menos agua acumulada este julio son el del Alvarellos en Boborás y Salas en Muíños. La situación de las presas aguas arriba del Miño y del Sil, ya en las provincias de Lugo y León es similar a la de Ourense.
Algunos están desaguando para que los ríos que interrumpen mantengan aguas abajo el caudal ecológico mínimo que estipula la Confederación Hidrográfica del Miño-Sil (CHMS). Actualmente -este mismo sábado- salía agua de las compuertas de la presa de Velle en la capital (186 m3/s), de la de O Bao en O Bolo (1,05 m3/s) y de la de Prada, en Xares (0,50 m3/s).
También están abiertas las compuertas de varios embalses del río Sil (también pertenecientes a la CHMS), ya en la provincia de León, afectando al crecimiento de los caudales en la zona de O Barco y A Rúa, en la comarca de Valdeorras. Las predicciones apuntan a que los próximos días serán secos en la cuenca por lo que se espera que algunas compuertas de los embalses, sobre todo de aquellos que tienen más agua, sigan abiertas para abastecer a los ríos.
Los ríos presentan cuotas bajas, sobre todo el Limia en Xinzo y el Arnoia en Pontefreixo
A pesar de que el agua embalsada en las presas a estas alturas del año es superior a lo habitual, no ocurre lo mismo con los ríos de la provincia. El caudal circulante está de media un 30 % por debajo de lo habitual. Destaca la situación del río Limia a su paso por Xinzo, un 97 % más bajo de la media ; y el Arnoia en Pontefreixo (Cartelle), por debajo del 67 %. Los que están más llenos, si se tiene en cuenta la media anual, es el Avia en Ribadavia (un 9 % por encima) y el Arenteiro en O Carballiño, (un 1 % más caudaloso que hace un año).
El Miño a su paso por la capital ha registrado durante este 2020 un caudal muy por debajo de la media histórica. Solo fue superior el pasado mes, después de un fuerte temporal que inundó las termas, situación que también se vivió a finales del 2019. Este julio es un 35 % inferior de lo que es habitual, razón por la que Velle ha empezado soltar agua.
Precipitaciones
En lo que va de año, la provincia de Ourense solo registró 28 días con lluvia. Las más abundantes tuvieron lugar el 9 de marzo y el 3 febrero, aunque a finales del 2019 se recogieron importantes precipitaciones, sobre todo los días 16 y 23 de diciembre. El agua acumulada en los ríos de la provincia este mes de julio es de 1.200 litros por metro cuadrado, siendo 968 en julio del 2019.
La cuenca del Duero, al 71 %
Por otra parte, la cuenca hidrográfica del Duero, a la que pertenece el río Támega a su paso por la comarca de Verín, se encuentra al 71 % de su capacidad máxima, muy por encima del año pasado y de su media histórica. La calidad de las aguas del Támega no es la deseable («peor que buena», dice la CHD) según los datos recogidos en la estación que se encuentra en Rabal.