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A Cantina de Doade, comida del interior gallego y amandis

X. Lombardero

CASTRO CALDELAS

07 jul 2009 . Actualizado a las 02:00 h.

ESPECIALIDAD

Asados de carnes de la zona

otros datos

Menús a 9 euros. El comedor abre de 13.00 a 16.00 h. y de 20.30 a 23.00 h.

Productos típicos de la Galicia interior cocinados con el mimo de una abuela y acompañados con vinos de Amandi. Buena calidad y elaboración artesanal. Sencilla y suculenta es la oferta de A Cantina de Doade, en el corazón vitivinícola de la Ribeira Sacra. Se trata de una casa de comidas al pie de la carretera que llega de Monforte que fundara en 1947 Dorinda Rodríguez, tía de los actuales propietarios, que la han rehabilitado y modernizado.

El menú es básico y se alimenta sobre todo de carnes: chuletones, solomillos, churrascos, lacón... complementados con pimientos, jugosas ensaladas y patatas de las huertas cercanas. Ofrecen postres caseros. «Tentamos conservar e actualizar os tipos de comida aínda non globalizados do interior galego e tamén temos viño e vinagre da casa», dice Antonio Rodríguez. A Cantina la regenta su esposa, Carmen Vázquez, que muestra orgullosa en el sótano lo que ya es más que un proyecto de bodega, íntegramente dedicada a los caldos de Ribeira Sacra. «Nós servímolos todos ao mesmo prezo, os novos a 8,75 euros a botella e os de crianza a 20 euros». Pero se puede comer de menú por 9 euros y el precio medio está en 12 o 13 euros.

Han tenido el gusto de conservar la tasca de la entrada que reunía al vecindario de Doade -en tiempos fue ultramarinos, casa de vinos, parada oficial del coche de línea entre Monforte y Castro Caldelas y hasta sala de cine- y han convertido la antigua casa habitación del piso superior en un amplio comedor para grandes ágapes, mientras en un nivel inferior existe otro local con unas pocas mesas y bien iluminado.

Clientes del catamarán

«Este mes de xuño é, dende hai sete anos, no que máis xente temos, aquí funcionamos moito coa xente que vén a navegar nos catamaráns polos canóns do Sil, temos cerca os embarcadoiros», dice Carmen. La limpieza, servicio, mobiliario y vajilla están a la altura, y se nota la mano de los arquitectos y decoradores. En la decoración destacan modernas lámparas, algunas sentencias romanas del buen vivir y comer, así como las escenas de tareas rurales como las siegas, matanzas, vendimia... todas de gran arraigo en la Ribeira Sacra. No falta ni la pianola, que toca Antonio Rodríguez.