
La imagen, encargada por el párroco, se tuvo que hacer de resina
28 ago 2016 . Actualizado a las 05:00 h.La desaparición de la imagen de la Virxe do Cristal -un original del siglo XVII de la que no se ha vuelto a saber nada tras la muerte violenta del cura que la custodiaba, Adolfo Enríquez, en marzo del 2015- sumió a la parroquia de Vilanova dos Infantes (en Celanova) en un vacío. Se lloró sobre todo la muerte de una persona que llevaba 46 años siendo el cura del pueblo, pero también la pérdida de una imagen que era una de las señas de identidad del núcleo medieval, además de objeto de devoción de muchos fieles de la comarca que la veneraban en la romería del 15 de septiembre.
La imagen original sigue sin aparecer y el caso del homicidio del párroco está aún judicialmente abierto, aunque sin pruebas concluyentes contra los dos únicos sospechosos detenidos, y puestos en libertad, por su presunta relación con el hecho. Es probable que la diminuta imagen no vuelva a aparecer, pero la romería de la Virgen del Cristal y la procesión, con los danzantes acompañando el recorrido, podrá realizarse con una nueva imagen, hecha a medida por orfebres, y similar a la robada. Ha sido el tesón del nuevo párroco, Antonio Gómez, el que ha llevado a conseguir esta imagen, presentada ayer a los parroquianos en su santuario de O Cristal.
El proceso de construcción de la pequeña bola que alberga la imagen policromada ha sido largo y costoso. «Hubo que hacer muchos dibujos y pruebas para hacerla exacta», cuenta el párroco, que ha sufragado de su bolsillo el coste del encargo. Un trabajo realizado a mano pero en el que se ha tenido que renunciar al material que daba nombre a la virgen. Pese a los numerosos intentos, no se consiguió insertar la imagen en un vidrio como era el original y se tuvo que hacer de resina. Su camarín bañado en oro es ahora de plata y no de bronce.
Algo parecido le ocurrió al granadino Manuel Granaí, un artista que voluntariamente realizó una réplica al saber la noticia de la desaparición. Aunque su trabajo se consideró meritorio y su réplica se utilizó el año pasado para la procesión, la nueva se ajusta a las dimensiones de la original y es un trabajo más perfeccionado. La imagen fue bendecida por el obispo de Ourense, Leonardo Lemos, en un acto privado cuando el párroco se la llevó. Ahora la deberán bendecir los fieles.
La pieza original, del siglo XVII, desapareció cuando fue asesinado el anterior párroco