La mujer dejó la AG-31 antes de llegar al punto de control de la Guardia Civil pero se comprobó que tenía una cita en un lavado de coches
29 may 2020 . Actualizado a las 05:00 h.Conducía su Mercedes C-220 por la AG-31 (autovía de Celanova) a 216 kilómetros por hora cuando fue captada por un radar ubicado en el punto kilométrico 3.100 de esta vía, en sentido Portugal. El vehículo abandonó la autovía por la salida 5, en sentido de A Manchica, y no llegó entonces al punto de control que estaba situado dos kilómetros más adelante. Por este motivo, y para verificar los datos del infractor y evitar situaciones de riesgo, se movilizaron varias patrullas de tráfico.
Con las gestiones que realizó la Central Operativa de Tráfico se contactó con la titular del vehículo, una mujer de 32 años, vecina de Reboredo, que aceptó entrevistarse con un equipo especializado en seguimiento de delitos viales. La mujer admitió que era ella quien conducía el vehículo y que había salido de la autovía con la intención de dejar el coche en A Manchica, en un taller de lavado de vehículos. Los agentes verificaron en el establecimiento que esto había ocurrido así y se descartó que la conductora tuviese la intención de saltarse el control. Tampoco la infractora mostró signos de haber consumido alcohol o drogas, según la Guardia Civil.En todo caso, la mujer colaboró voluntariamente para cumplimentar las diligencias en la comandancia. La infractora deberá responder en el Juzgado de Celanova de un presunto delito contra la seguridad vial al haber superado en 96 kilómetros por hora el límite de 120 establecido para ese tramo.
La Guardia Civil sigue controlando las carreteras en esta fase de desescalada, tanto por desplazamientos no permitidos por el estado de alarma, como para mantener la seguridad vial. Hace unos días se localizó a un conductor que circulaba en un todoterreno a 200 kilómetros por hora en la A-52 cerca de A Gudiña. Era un conductor que venía desde Madrid, aunque su desplazamiento estaba justificado por motivos profesionales.En este caso, le correspondió una denuncia administrativa, no penal, que implica perder seis puntos del permiso y hasta 600 euros de sanción económica. El Código Penal establece como delito el superar la velocidad permitida en 80 kilómetros por hora en vías interurbanas, así que el conductor madrileño se libró por poco de ser enjuiciado por esta conducta al volante.
Dentro de los controles de acceso a Galicia realizados por la Guardia Civil, se vigilaron 412 vehículos y se identificó a 258 personas. Solo hubo un caso de una persona que se dirigía desde Madrid a la provincia de Pontevedra sin una causa justificada y por ello fue denunciada administrativamente ante la Subdelegación del Gobierno.