El Visa fue un modelo calificado como «feo», que fue mejorando con el paso del tiempo, con la segunda serie y la aparición de versiones deportivas. Juan Carlos Arias ha recuperado dos tesoros de la marca francesa en Celanova, una de ellas procedente de Tarragona.
16 ago 2022 . Actualizado a las 17:43 h.El Citroën Visa se fabricó entre 1978 y 1988 y fue una verdadera revolución, sobre todo en la versión comercial denominada C-15, con amplia fabricación entre 1984 y el 2005. Fueron más de un millón de unidades, pero se ve muy poco por las carreteras en la actualidad. El Visa fue para muchos un coche «feo», pese a lo cual se hizo un hueco en el mundo de la automoción, al ser práctico y asequible. Un vehículo de 5 puertas, de dos volúmenes, con motor y tracción delantera, heredero de un espacio que dejaban el Citroën 2 CV o incluso el Dyane 6 y el Ami. Estuvo a punto de no ver la luz por la grave situación financiera que en los años setenta tenía Citroën y que finalmente salvó Peugeot con su compra.
Cuando se lanzó, en 1978, su estética moderna exterior llamó la atención, al igual que el cuadro de mandos satélites y medidores tipo moto, pese a que heredaba un motor algo mejorado del 2 CV, con 652 centímetros cúbicos y dos cilindros con refrigeración de aire que poca potencia le conferían. Un coche sencillo y económico que resultaba duro, pese a la ausencia de salida y velocidad de los motores básicos. De la primera serie pocos llegaron a España, pero del Visa II, lanzado en 1982, circularon miles de unidades, ya que se fabricaba en la planta de la marca francesa en Vigo.
A la motorización básica fueron añadiéndose versiones de 1.124 centímetros cúbicos e incluso un diésel de 1.7 litros, entre otras.
En 1982 sale el Visa GT, con 80 caballos de potencia, y el Crono, de 93, con 1.360 centímetros cúbicos. Al GT se le criticaba la estética poco deportiva y un excesivo consumo de gasolina, pese a reconocer una excelente estabilidad y unas muy buenas prestaciones. Un pequeño deportivo de 3,69 metros de 5 puertas que no triunfó y no deja de ser una rareza en la actualidad. Ofrecía una conducción divertida y segura, aunque escasa en instrumentación.
El Visa GTI llegó en 1985 y compartía muchas cosas con el Peugeot 205 GTI. Montaba un motor de casi 1.6 litros y 105 caballos, que un año después pasarían a ser 115. Con una estética deportiva y atractiva, caracterizada por el doble faro delantero, incorporaba también aletines, llantas de aleación y una suspensión firme y baja. El GTI sí consiguió ganar seguidores. La versión Pistas fue campeona en distintas competiciones deportivas y tenía tracción a las cuatro ruedas. También hubo un Visa Lotus, que más de uno quisiera en su garaje, aunque no pasó de prototipo. La historia se acabó con la llegada del popular Citroën AX.
Juan Carlos Arias Castro es un verdadero forofo de los clásicos. Organizó hace ya 25 años las primeras concentraciones en la provincia de Ourense como presidente del club de clásicos e históricos. Tiene numerosas unidades y se dedica a la compra-venta de piezas. Lleva toda su vida entre motores en Lalín y en Celanova, donde ahora cuenta con una nave para guardar sus tesoros automovilísticos. Entre ellos destacan dos Citroën Visa, un GT y un GTI, dos rarezas que ha rescatado y están casi listas para rodar.
El GT va camino de los 40 años, con distintivo OR-0489-G, fue matriculado en 1983. Es un modelo muy escaso del que se fabricaron poco más de 9.000 unidades en Rennes, Francia, y de las cuales el 68 % salieron de color gris, como la unidad que tiene Juan Carlos Arias. Tiene en la actualidad 79.778 kilómetros y lo vendió el servicio oficial de Celanova a un vecino de la localidad próxima de Cexo, que seguramente huyó de los modelos de gasoil con no muy buena fama en la época, y acabó con un semideportivo de la casa francesa. Ha tenido una buena vida y hubo poco que restaurar en el coche, del que hay muy pocos en España.
El GTI es más moderno, pero tiene algo más de 35 años, fue matriculado en mayo de 1985 en Tarragona con la placa T-7574-O. Ha necesitado una restauración absoluta y Juan Carlos Arias solo sabe que el propietario anterior era piloto de ralis y se deshizo de la unidad en pleno proceso de recuperación. Llegó a Galicia «en piezas», recuerda, y lo compró por internet al ver unas fotos. Se trata del modelo con 105 caballos, de los que se fabricaron en la planta de Vigo. Salieron 9.516 unidades y conserva la filosofía original del vehículo pese a la restauración.
Juan Carlos Arias ya había tenido algún Visa GTI con anterioridad y se deshizo de el, por lo que ahora tiene claro que estas dos unidades son para disfrutarlas personalmente.
Del Visa II, que se lanzó en 1982, circularon miles de unidades, ya que se fabricaba en Vigo