Piden al fiscal general del Estado que el cementerio de Celanova sea declarado «lugar de memoria histórica»
CELANOVA

En el camposanto de San Breixo se inauguró el Memorial dos 90 en recuerdo de las víctimas, casi la mitad procedentes de Asturias, que murieron en la prisión que estaba en el monasterio o fusilados
23 mar 2025 . Actualizado a las 20:20 h.En un emotivo acto que se celebró en el refectorio del monasterio de Celanova y en el cementerio de San Breixo se rindió homenaje y se recordó a las noventa personas que murieron en la villa durante la guerra civil y los primeros años de la postguerra. Concretamente entre 1936 y 1943. La mayoría de las víctimas del franquismo fallecieron por enfermedad, por las duras y pésimas condiciones que tuvieron que sufrir en la Prisión Central de Celanova, y 13 de las personas lo hicieron de forma violenta: fusilados, por disparos de los guardias en la propia cárcel, por una paliza y por enfrentamiento con las fuerzas fascistas. Casi la mitad de los fallecidos, 43 de los 90, procedían de Asturias y habían llegado al municipio ourensano desde otras prisiones o enviados directamente desde dicha comunidad.
La jornada en memoria de los represaliados se dividió en dos citas: la primera tuvo lugar en el refectorio del monasterio de San Salvador de Celanova -recinto que como recordó el alcalde era la prisión- y el cementerio de San Breixo, espacio en el que se realizaron los trabajos con cargo al Plan estatal de exhumaciones 2021-24 y en el que fueron localizados los cuerpos de los siete asturianos a los que fusilaron en la madrugada del 22 de marzo de 1939.
En el acto institucional desarrollado en el monasterio tomaron la palabra el rector de la Universidade de Santiago de Compostela, Antonio López; el catedrático de Historia Contemporánea de la USC y coordinador del Plan de Memoria Democrática de Galicia, Lourenzo Fernández Prieto; la presidenta del Comité da Memoria Histórica da Comarca de Celanova, Celia Inés Feijoo Soto; el subdelegado del Gobierno en Ourense, Eladio Santos; el fiscal general del Estado, Álvaro García Ortiz; el consejero de Ordenación de Territorio, Urbanismo, Vivienda y Derechos Ciudadanos de Asturias, Ovidio Zapico González; el director xeral de Cultura da Xunta de Galicia, Anxo Lorenzo; en nombre de las familias lo hizo el bisnieto de Victoriano López García, Luis M. Soto López; y cerró el acto el alcalde de Celanova, Antonio Puga. En el cementerio, donde se descubrió el «Memorial dos 90 de San Breixo», las intervenciones estuvieron reservadas a las familias de las víctimas. La pieza escultórica del camposanto, a base de hierro y acero, es una obra de Baldomero Moreiras en la que figuran inscritos los noventa nombres de los represaliados. Otra, de Uqui Permuy, se refiere a los trabajos del plan de exhumación que se están llevando a cabo en Galicia. La primera de la serie ya está desde hace unos meses en el cementerio de Vilagarcía.
La presidenta del Comité da Memoria Histórica da Comarca de Celanova, Celia Inés Feijoo Soto, agradeció la aprobación en su día de la Ley de Memoria Democrática -porque gracias a ella se pudieron acometer trabajos como los desarrollados en la villa-, se refirió a los represaliados por la dictadura, entre ellos su familiar Luis Soto, y a las víctimas de la prisión del monasterio. Incidió en el hecho de que los vecinos del municipio se volcaron en atenciones con los presos y aprovechó la presencia de Álvaro García Ortiz para plantearle una demanda: «Queremos que o cemiterio de San Breixo de Celanova sexa un 'lugar da memoria' e queremos que a declaración se faga o antes posible».
En su intervención, el fiscal general del Estado evitó pronunciarse al respecto. García Ortiz combinó el gallego y el castellano en su discurso: «Este é un acto emotivo, dun gran mérito e dignidade. Que é lembranza dun pasado incómodo pero que tamén é un recoñecemento ao traballo que realizaron os veciños de Celanova». Recordó que el deber de la Fiscalía General del Estado, en base a la Ley de la Función Pública, es poner en valor y mantener el sentido de lo público. Se refirió a la presencia en el refectorio de fiscales y personal de la justicia de la provincia para destacar su papel en el cumplimiento de la Ley de Memoria Democrática y agradeció públicamente a Dolores Delgado -exministra de Justicia y extitular de la Fiscalía General del Estado- su papel para que la misma fuese una realidad. Delgado participó en los actos junto a su pareja, el exjuez Baltasar Garzón. «Somos servidores de la ley, y cumplirla -como en este caso- pueder ser complicado, pero muy satisfactorio. La reparación es muy importante y en el caso de la de Memoria Democrática es una ley que humaniza y que defiende el derecho de las víctimas», apuntó. Agradeció la sintonía y colaboración de la Xunta, Universidad, Gobierno, colectivos y administraciones locales para llevar a cabo proyectos como el desarrollado en Celanova.
En su intervención el rector de la USC, Antonio López, incidió en el compromiso de la universidad «dende hai máis de quince anos» con el esfuerzo colectivo que supone la recuperación de la memoria de los represaliados y recordó que la implicación de instituciones como el Imelga o el Instituto de Medicina de Galicia. «Este traballo non é só recuperar a memoria e facer historia, é ademais un acto de xustiza democrática feito co máximo rigor. Tamén unha proba de que a universidade xera coñecemento que é útil para a sociedade», señaló.
Fernández Prieto dijo que la jornada de Celanova llegaba tras años de arduo y duro trabajo e incidió en el hecho de que a los homenajeados los mataron lejos del frente de guerra. Se refirió a la necesidad de conocer lo sucedido «para que non volva ocorrer e tamén para distinguir e explicar o acontecido. «O que nos debemos preguntar é porque tiveron que matalos e para que», incidió.
El subdelegado del Gobierno, Eladio Santos, incidió de manera especial en el trabajo realizado por el Grupo Histaga (USC) en lo referido a la recuperación de la memoria histórica y se reafirmó en que las instituciones están obligadas «a recuperar o noso pasado para cumprir coas nosas obrigas: verdad, xustiza e reparación».
En este mismo sentido se posicionó el director de Cultura de la Xunta. Anxo Lorenzo destacó que el Gobierno autonómico se sumó desde el primer momento al plan cuatrienal para la exhumación de fosas y que los objetivos y las inquietudes son compartidos con el Gobierno central y todas las instituciones implicadas. Agradeció a todas las entidades -además de las ya citadas al Obispado de Ourense, en su condición de propietario del cementerio- y a los artistas el trabajo desarrollado. «Seguiremos colaborando como ata o de agora porque é de xustiza atopar aos represaliados e axudar ás familias a recuperar aos seus seres queridos. É un acto de humanidade, ademais de que non debemos esquencer o acontecido», señaló.
Ovidio Zapico, representante del Gobierno del Principado de Asturias, incidió de forma reiterada en el agradecimiento al pueblo de Celanova, las autoridades y la Comisión de la Memoria el trabajo realizado y el trato que han dado en todos estos años a los familiares de los asturianos que se han acercado a la villa en busca de restos o documentación sobre sus familiares: «Quisieron borrar los nombres de esas 90 personas, 43 asturianos, en la noche de la historia pero no lo consiguieron. Enterraron semillas y esas germinaron, y por eso estamos aquí, para construir una sociedad que viva en paz y prosperidad, pero que no olvide nunca su historia ni su pasado».
Luis M. Soto López, visiblemente emocionado, recordó la historia de su familia y cómo fue diezmada y masacrados muchos de sus miembros. También dijo que no tenía conocimiento de dónde podía estar su bisabuelo Victoriano López García, hasta que se pusieron en contacto con él para darle la noticia de que era una de las víctimas de la represión franquista de Celanova. Insto a Álvaro García Ortiz a que, en base a la Constitución y a la ley, haga todos los esfuerzos posibles para llegar hasta el final en el cumplimiento de la Memoria Democrática. «Se lo pido con firmeza y humildad», señaló.
El regidor municipal, Antonio Puga, recordó la historia de la prisión del monasterio y citó a algunos de los que pasaron por la misma, como Elixio Rodríguez. También destacó los trabajos sobre ese episodio histórico, desde los de investigación a los literarios, y concluyó citando el epitafio de Celso Emilio Ferreiro.
En el cementerio fue Hixinio Araúxo, nieto de un vecino de Celanova represaliado, el encargado de tomar la palabra para recordar la represión vivida en la villa. Aprovechó la presencia del fiscal general del Estado para pedir que se derribe «o símbolo fascista da Cruz da Obra». Familiares de las víctimas tomaron después la palabra para recordarlos o explicar su experiencia.
Entre otros, participaron en el acto de Celanova Fernando Serrulla -el forense encargado de identificar los cuerpos-, alcaldes de la comarca, representantes del PSOE como Carmela Silva y de la Asociación de Amigos da República.