Recuperan el recetario de su tatarabuela, Pura Vila, y abren un obrador de pastelería para homenajearla

Uxía Carrera Fernández
UXÍA CARRERA CENLLE / LA VOZ

CENLLE

Los primos Beatriz, Agustín y Elena establecieron el obrador de Pura Vila en su casa de Saa, en Cenlle
Los primos Beatriz, Agustín y Elena establecieron el obrador de Pura Vila en su casa de Saa, en Cenlle Santi M. Amil

Tres primos elaboran desde Cenlle, en O Ribeiro, nevaditos, polvorones, turrones, galletas o bombones de kilómetro cero

17 dic 2024 . Actualizado a las 05:00 h.

La historia de Pura Vila es un tema recurrente en la familia de las hermanas Beatriz y Elena Pérez y su primo Agustín Suárez. Es su tatarabuela y fue una mujer muy conocida en Pontedeume por haberse quedado viúda muy joven, convertirse en matriarca, y sacar adelante sola a sus hijos. Su vida siempre estaba en boca de sus descendientes, pero un golpe de suerte ha llevado a que le hagan el mayor de los homenajes. En medio de una mudanza encontraron un recetario suyo y Beatriz, aficionada a la repostería, recuperó algunos de sus dulces. El sabor los conquistó y crearon una marca de pastelería artesanal con su nombre. 

Pura Vila tiene apenas un mes de vida de manera oficial, aunque los dulces de Beatriz llevan años alegrando la Navidad de su familia y amigos. Hace una década que empezó a hacer turrones y después se especializó en repostería francesa. A sus recetas se sumaron las del antiguo papel de Pura Vila y junto a su hermana y su primo, con formación en hostelería, pensaron este año que podría convertirse en un proyecto profesional. «Alguna Navidad ya se acababan vendiendo hasta cien turrones entre conocidos y familia», apunta Elena. 

A pesar de acabar de salir el mercado, cuentan con una amplia variedad de productos. El más representativo son los nevaditos. Se trata de pastas de té holandesas, pero con producto local: vino blanco de O Ribeiro. Relatan que su tatarabuela se metía en la cocina el día 24 de diciembre todo el día solo para hacer polvorones y aquella receta original es la que comercializan ahora. Los tienen de almendra o avellana y su particularidad es que el fruto seco no están tan machacado como los más comunes. Para dar presencia a su aldea, Saa, recuperaron una recetas de galletas y las denominaron «saítas», de mantequilla y arándanos. También elaboran tres tipos de turrón: de chocolate negro con almendras, con avellana y de guirlache. Además, complementa la oferta con bombones y trufas a demanda. 

Beatriz y Agustín son los que trabajan con las manos en la masa. Los tres tenían claro que el obrador lo instalarían en Saa, en la casa familiar de la madre de las dos hermanas, porque aunque ninguno esté afincado del todo ahí su producto tenía que salir de la aldea. «Involucramos al pueblo y están todos muy contentos», asegura Elena. Aunque el rural también tiene sus dolores de cabeza, como la falta de fibra óptima o de servicio de recogida de paquetes. Aún así, quieren ser parte de los que están poniendo su granito de arena para reactivar O Ribeiro. «La zona va muy lenta, fue mucho más de lo que es, hay muchas viñas abandonadas pero hay gente intentando recuperarlo», explica Agustín.

La acogida ha sido muy buena en sus primeras semanas, especialmente por la campaña de Navidad, pero resaltan que no quieren ser una marca de temporada sino que sus productos son para todo el año. Se venden en tiendas locales o de alimentación. Por el momento, donde más están triunfando es en la provincia de A Coruña. Quizás sea que le ayudan las raíces de Pontedeume de Pura Vila. Toda su familia está encantada con que hayan recuperado su historia y los tres primos defienden en cada explicación que su pastelería tenía que ser un proyecto con razón e historia.