Simulacro de pesadilla en el Larouco

SINDO MARTÍNEZ XINZO / LA VOZ

CUALEDRO

Santi M. Amil

Un operativo de 90 personas ensayó para prevenir un incendio como el que asoló 3.000 hectáreas en el 2015

29 may 2019 . Actualizado a las 08:32 h.

Retorno al pasado. 30 de agosto del 2015. Es media tarde de un soleado domingo de verano. Hace calor. Corre una brisa que ayuda a sobrellevar la solana. De repente, salta la alarma. En el comunal de A Saceda (Cualedro) se detecta humo. En cuestión de un par de horas el aire se convierte en un viento muy fuerte. Lo que parecía un incendio de tamaño pequeño o medio se desboca. A media noche el frente de llamas es incontrolable.

El fuego cerca casas, espanta a los vecinos, obliga a desalojar alguna aldea y acaba en pocas horas con media Serra do Larouco, una de las joyas paisajísticas del sur ourensano. Lágrimas, rabia y desesperación se mezclan entre los vecinos. Los servicios de emergencias se ven desbordados. Llegan los militares de la UME desde Castilla. Es el inicio de la pesadilla que dura casi 48 horas.

Al cabo de un par de días los datos reflejan la crudeza del desastre. Se han calcinado 3.000 hectáreas. El frente de las llamas ha llegado a extenderse 13 kilómetros afectando sobre todo a Cualedro y Xinzo. Algunos alpendres han ardido, aunque ninguna vivienda. Centenares de hectáreas de cultivos han sido pasto de las llamas. Hay varios heridos, ninguno grave. Son dos de las peores jornadas de la historia reciente de A Limia.

Vuelta al presente. 28 de mayo, 12.00 horas. Sopla de nuevo la brisa en la ermita de Santa Bárbara, en Gudín (Xinzo). Un operativo similar al de hace cuatro años se pone en marcha. El objetivo es sencillo. Se trata de evitar que la dantesca situación del 2015 se repita. Hay que entrenarse y coordinarse para ello. El aviso del supuesto fuego en A Saceda moviliza en media hora a casi noventa personas.

Bomberos, agentes forestales, Guardia Civil, Protección Civil, la UME, Policía Nacional, Policía Local y el 061 son coordinados por el director de extinción de la Axencia Galega de Emergencias. «Se trata de entrenar la coordinación de los diferentes organismos implicados en la extinción de este tipo de grandes incendios en el que no solo hay afectación de masa forestal, sino de carreteras u otro tipo de bienes», expone un portavoz, José Díaz Reboredo.

Acuden camiones de bomberos, motobombas y hasta ambulancias, hay dos heridos, uno por un ataque de ansiedad y otro por una fractura. Ambos son evacuados de inmediato. El subdelegado del gobierno en Ourense, Emilio González, la delegada de la Xunta, Marisol Mouteira y el gerente de la AGE, Santiago Villanueva, supervisan las actuaciones.

Al cabo de 90 minutos el frenesí y el estrés ya han quedado atrás, la Serra do Larouco, esta vez sí, ha quedado a salvo.