Decapitó a un conejo y se pintó la cara con la sangre del animal para atemorizar a su propietario, en Manzaneda
MANZANEDA
Condenan a un hombre que protagonizó un «episodio maníaco» tras ofrecerse como voluntario en una aldea rural
29 oct 2021 . Actualizado a las 19:28 h.Una auténtica pesadilla debieron vivir durante varios días los propietarios de un espacio rural de Manzaneda, que decidieron meter en su casa a un hombre que, en teoría, iba a echarles una mano como voluntario. Con un trastorno bipolar agravado por el consumo de marihuana, que posiblemente los perjudicados desconocían, el inquilino no solo no cumplió con las condiciones del acuerdo, sino que además se atrincheró en la finca y amedrentó a los dueños, llegando a protagonizar conductas dignas de una película de terror.
Así se recoge en la sentencia por este caso, en la que se impone a Manuel M. R. ocho años de libertad vigilada en los que deberá seguir tratamiento médico, y otros ocho de alejamiento de los perjudicados, que se vieron obligados a escapar de su propiedad por el temor de que el acusado les hiciera algo irreversible.
Se remonta todo al 18 de septiembre del 2018, cuando el investigado y el propietario del terreno, situado en Manzaneda, redactaron un acuerdo por el cual el primero se comprometía a realizar labores de voluntariado en un proyecto del segundo. El recién llegado trabajaría a cambio de alojamiento y manutención durante un período de prueba de entre siete y diez días, pero apenas habían pasado dos cuando el particular se dio cuenta de que aquello no iba bien y le dijo al inquilino que debía abandonar la vivienda que le había permitido ocupar. Este se negó, quedándose hasta el día 25, cuando se personaron en el lugar agentes de la Guardia Civil.
En ese tiempo, Manuel se paseó por la finca con un machete, asegurando al propietario que «la iba a liar» y que «lo mataba». Además, ha quedado probado que decapitó a la mascota de los dueños, un conejo, y se pintó la cara y las ropas con la sangre del animal, intentando ser visto por los propietarios y provocando en ellos una situación de angustia. El asunto no quedo ahí. El acusado también rompió el gallinero y destrozó con su machete el marco de la puerta de la casa en la que vivían las víctimas, llegando a tirar por las escaleras una nevera que le habían dejado utilizar. La última noche, el sospechoso derribó la puerta de su vivienda y robó comida, aparcando luego su coche en la entrada del complejo, de tal forma que les impedía salir de allí. Tuvieron que huir arrancando un trozo de la valla perimetral.
La sentencia por este caso, dictada por el Juzgado Penal 1 de Ourense, da por probado que «Manuel se encontraba en estado de descompensación a nivel psicopatológico, por un episodio maníaco que anulaba sus facultades», por lo que tras los hechos fue internado. Ahora deberá continuar con tratamiento médico en régimen externo. Si no lo hace, podría tener que ingresar en prisión.