Los hechos habrían tenido lugar a finales de los 70 en el seminario menor de San Juan, en La Bañeza
27 may 2019 . Actualizado a las 22:38 h.Un vecino de Borrenes (en la provincia de León) presentó este miércoles una denuncia en el obispado de Astorga acusando a un cura ahora destinado en el municipio ourensano de O Barco de Valdeorras -que forma parte del obispado astorgano- por presuntos abusos cuando era un menor.
Emiliano Álvarez tenía diez años cuando comenzaron los tocamientos que, denuncia, le infligía Ángel Sánchez Cao. Sucedían de noche, cuando ya todos los escolares internos estaban en cama. «Eran habitaciones de mucha gente, éramos unos 80 chavales o así... Y entonces venía con una luz, te bajaba la sábana y los pantalones, y te tocaba», recuerda. Dice saber que el suyo no era un caso único, aunque nunca se hablase entre los escolares. «Lo sabías porque a veces nos quedábamos fuera fumando, y al ver venir la luz nos metíamos en cama y mirábamos... y entonces veías que la luz se paraba en los habitáculos de otros», señala. Por eso está convencido de que hay muchos otros nombres que podrían salir a la luz. Porque no era solo aquel cuarto, había más. «Debíamos de ser unos 300 chavales», señala. «Aquello era insoportable», resume. Dice que poco ha contado en todos estos años de lo que pasaba en el seminario. Eran otros tiempos, señala, y lo que decían los curas tenía un peso demasiado importante. «Ahora, el papa ha dicho que quiere destapar todo... Pues que se sepa», señala. Y espera que sea apartado del sacerdocio. «Creo que en este momento está empezando su infierno particular; yo ya lo he vivido... Fue un tormento que me costó matarlo a base de dolores», apunta.
Los abusos duraron dos años y medio, hasta que Álvarez, entonces en octavo de EGB, se escapó del seminario. Estuvo ilocalizable un día y cuando volvió desde el internado decidieron expulsarlo apelando a que no se sabía el nombre del cura de su pueblo. «Dijeron que como seminarista tenía que colaborar en la misa, y yo ni la pisaba», recuerda.
Álvarez reconoce haber tenido una vida dura, con problemas de drogas. Y se cuestiona si hubiese sido así de haber tenido una infancia diferente. «A veces me pregunto qué habría sido de mi vida si aquello no hubiese pasado. Igual sería la misma, o igual no; eso ya no lo sabré», filosofa.
Sin contestar al teléfono
Ángel Sánchez es el cura párroco de Veigamuíños, en la que ha sido imposible de localizarle. El teléfono suena, pero del otro lado nadie contesta.
Por su parte, desde el obispado de Astorga han evitado hacer declaraciones sobre esta denuncia y se remiten a una rueda de prensa que dará el obispo este jueves con motivo de las denuncias por abusos que han salido en los últimos tiempos y que afectan al obispado. Otro cura que trabajó en el seminario, José Manuel Ramos Gordón, fue señalado por varios exalumnos por haber abusado sexualmente de ellos durante el curso 1988-1989. Ramos Gordón fue apartado de la Iglesia en enero.